Los residentes del Hospital Garrahan continúan reclamando al Ministerio de Salud una mejora urgente en sus condiciones salariales. Lourdes, una joven pediatra oriunda de Necochea, dio a conocer públicamente las dificultades que enfrenta al trabajar con pacientes oncológicos en un contexto de alta demanda profesional y bajos ingresos.
En un escenario que desafía la vocación de quienes se forman para cuidar la salud pública, Lourdes decidió alzar la voz y dar visibilidad a la situación que ella y muchos colegas viven diariamente.
Actualmente residente de pediatría en el Garrahan, Lourdes participó de una protesta transmitida por el canal A24, en la que expresó su preocupación por la situación laboral que atraviesan. Sostuvo un cartel con la frase «amo lo que hago pero no vivo con lo que gano», una consigna que sintetiza el reclamo de gran parte del personal en formación de este prestigioso centro pediátrico.
Durante una entrevista con el periodista Luis Novaresio, la joven médica narró su recorrido, desde los esfuerzos personales y familiares hasta las condiciones adversas en las que ejerce hoy.
«Yo soy de Necochea, me recibí de la secundaria a los 17 años, me vine a estudiar acá, hice el CBC y la carrera que son más o menos 7 años. Después estudié durante un año mientras trabajaba otra cosa para rendir el examen de residencia que me permitió poder ingresar a esta institución, de la que estoy muy orgullosa y feliz de estar. Pero bueno, con todas las dificultades que estamos atravesando», relató.
Lourdes explicó que eligió pediatría por el profundo significado que le encuentra a esa especialidad. Habló del orgullo que le genera acompañar el crecimiento de niñas y niños, y la fortaleza emocional que recibe del vínculo que se crea con ellos, incluso en los momentos más duros. “Elegí la pediatría porque creo que le da mucho sentido a lo que hacemos y en el impacto que pueda tener uno desde lo que hace en la vida de una persona que se va a desarrollar y va a formar parte activa de nuestra sociedad. Es algo hermoso. Y además, es muy duro lo que uno hace, y la sonrisa de un niño o jugar con ellos a la vez que uno los está atendiendo lo hace muy gratificante. La verdad, amamos esto que hacemos».
Consultada por su rutina laboral, detalló: «Nosotros trabajamos alrededor de 68 horas semanales, de lunes a viernes de 8 a 16, y después tenemos seis guardias por mes de 24 horas. Obviamente que a veces esas 4 de la tarde se extiende un poco más, depende del trabajo que tengamos. No nos vamos hasta que el trabajo esté terminado, hasta que los pacientes se den de alta». Sin embargo, esta carga horaria no se corresponde con los ingresos que perciben. Según señaló, los residentes de segundo año cobran cerca de 850.000 pesos mensuales, con lo cual deben afrontar el alquiler y otros gastos, compartidos con su pareja.
Durante el informe televisivo, A24 brindó información sobre el financiamiento del hospital: el 80% del presupuesto proviene del gobierno nacional y el 20% del provincial. No obstante, los residentes no están incluidos dentro de ese esquema, ya que sus contratos dependen del Ministerio de Salud. Esta diferencia en la estructura contractual los ubica en una situación de mayor vulnerabilidad frente al resto del equipo médico, motivo por el cual vienen reclamando desde hace semanas. A pesar de pertenecer al ministerio, sus haberes no han sido actualizados al ritmo de los aumentos que sí recibió el resto del plantel profesional.
Al cierre de la nota, Novaresio le preguntó si pensaba irse del país. La respuesta fue clara y decidida: «Lo que queremos es que nos escuchen, sentarnos a hablar con ellos, explicarles nuestra situación y encontrar la mejor manera para que todo esto termine y poder volver a nuestros lugares de trabajo, que es donde pertenecemos y donde queremos estar, que es lo que necesita también el país para poder seguir adelante. Pero para eso necesitamos que se nos brinden las condiciones, y acá vamos a estar». Cuando le consultaron sobre una posible emigración, Lourdes reafirmó su deseo de quedarse en Argentina, donde quiere ejercer su vocación.
La Nueva Comuna