Otro año con la misma milonga: una empresa avícola habría ocasionado una invasión de moscas a todos los barrios de los alrededores. «No podemos colgar la ropa, abrir una ventana o ventilar, porque avanzan las moscas» dicen los vecinos. Reuniones que no llevan a nada y los vecinos presentarían una denuncia.
Una vez más, vecines de los barrios Los Tilos 3, 4 y 5, y 9 de Julio en Necochea se encuentran atrapados en una pesadilla recurrente: la invasión de moscas. Otra vez, el epicentro del caos es la Avícola Jurjen, ubicada en la intersección de las calles 106 y 95, que ha generado un ambiente insalubre y una invasión de insectos que está volviendo locos a la comunidad.
Según dicen en el barrio, los galpones con las 50,000 gallinas ponedoras de la Avícola Jurjen son señalados como fuente constante de problemas para los residentes. Es más, la bronca es tal que hay vecinos que piden la relocalización o directamente el cierre de la planta que está a 200 metros de las viviendas más cercanas. Un detalle no menor: el establecimiento industrial es anterior a la mayoría de las construcciones por lo que el tema es delicado desde lo legal.
Los testimonios de los vecinos son fulminantes. «Durante décadas se vino tapando esta situación con la avícola que está hace 70 años. Los barrios se construyeron después, pero deben haber muuuuuuchos sobres por debajo de la mesa» para que esto no cambie nada dijo una vecina que prefiere el anonimato.
Desde diciembre los vecinos de Los Tilos III vienen advirtiendo esta situación, elevando un petitorio con decenas de firmas a la Municipalidad. Sin embargo los funcionarios llegaron esta última semana de marzo, con algunos papeles y promesas bajo el brazo. Hasta ahora, una fumigación inocua y una advertencia que no llegó a intimación a los responsables de la empresa avícola.
Vale agregar en este punto y para conocimiento de los vecinos, que la actual gestión de la Municipalidad tiene por estos días una actitud «débil» frente a las empresas locales más poderosas. Para ejemplo, lo que ocurrió con el boleto de ómnibus local hace unas semanas atrás, cuando le cedieron a la empresa de Transporte la autoridad para que decida el costo del pasaje. O sea, digamos, que hagan lo que quieran.

Pocos cuidados, pocos controles
El asunto central radica en la falta de medidas por parte de la empresa para contener el excremento de los animales, criadero ideal para las larvas de las moscas, lo que ha desencadenado una crisis ambiental y sanitaria que parece estar fuera de control.
Para saberlo: una gallina o gallo saludable es una máquina interminable de fabricar excrementos. Lo hace aproximadamente 15 veces por día, aunque puede ser más, y durante la noche tampoco se detienen a defecar mientras descansan en el gallinero por lo que el número de deposiciones de cada animal es altísimo.
Los vecinos están agotados de vivir bajo la sombra de esta plaga y si bien hay una comunicación con las autoridades municipales, la desconfianza los lleva a pedir a los medios de comunicación que mantengan el tema vigente para que alguien haga algo. Hasta la fecha, las acciones fueron tan escasas como ineficaces.

Muchos riesgos
Las consecuencias de esta invasión de moscas son palpables y preocupantes. Los riesgos para la salud de la mosca doméstica son varios e importantes. Debido a su estilo de vida, la mosca doméstica puede propagar enfermedades infecciosas y bacterianas.
Al volar de un lado a otro, entra en contacto con carne descompuesta, basura, heces y otros desechos orgánicos. Sus alas y patas se cargan con cientos de gérmenes, lo que puede causar afecciones respiratorias, oculares, estomacales o de la piel. Puede provocar desde irritación en los ojos hasta conjuntivitis, puede transmitir enfermedades como cólera, salmonelosis, disentería, fiebre tifoidea y lombrices estomacales. Sobre las afecciones oculares, se menciona a el Tracoma, una enfermedad que puede causar ceguera.
Pero también afecta a las mascotas: los vecinos manifiestan que cualquier utensilio que se utilice, se llena ipso facto de una bola de moscas. Incluso anote este dato: los bichos depositan sus larvas en el pelaje o en intersticios de nuestros animalitos.
En resumen, las moscas no solo son molestas, sino que también pueden ser portadoras de enfermedades y causar daños importantes a los humanos y a las mascotas. Es importante mantener una buena higiene y controlar la población de moscas para prevenir estos riesgos.

Basta, por favor
¿Quién puede negar que esta situación es de gran Impacto en la calidad de vida de los vecinos de los barrios? El malestar es generalizado ya que afecta su bienestar psicológico y emocional.
Los vecinos también manifiestan otro punto a tener en cuenta, que es el uso intensivo y hasta excesivo de venenos tóxicos y trampas para controlar la plaga dentro de las casas. Esto ha ocasionado problemas respiratorios a aquellos con afecciones respiratorias preexistentes.
Fotografías capturadas por los vecinos muestran la magnitud del problema, con miles de moscas invadiendo cada rincón de los hogares y calles de los barrios afectados. La escena es un asco y no hay eufemismo posible.
Los vecinos nos preguntamos: ¿y el intendente qué hace?
Alfredo Barros / lanuevacomuna.com