La empresa aeroespacial Tlon Space prepara el lanzamiento de su cohete Aventura I desde una zona rural de Lobería. Vecinos y ambientalistas advierten sobre la falta de controles estatales y posibles impactos ambientales en un área cercana a reservas naturales y al Puerto Quequén.
Lanzamiento privado en zona sensible
Tlon Space, compañía de tecnología espacial dirigida por el empresario Pablo Vic, anunció que en junio realizará el lanzamiento del cohete Aventura I desde el sur del partido bonaerense de Lobería. El vehículo, de once metros de largo y cargado con casi una tonelada de combustible, será lanzado desde un enclave denominado “Puerto Espacial Malacara”, próximo a zonas de reserva natural, establecimientos rurales y a pocos kilómetros del estratégico Puerto Quequén.
Un proyecto con impronta ideológica y sin controles públicos
Consultado por el diario Clarín, el CEO Pablo Vic confirmó que la iniciativa avanza bajo una lógica de “acto poético” e “innovación filosófica”. “Mi trabajo es hacerle entender a la gente el significado que tiene esto desde otra perspectiva”, afirmó, vinculando el desarrollo con el actual clima político y el impulso de iniciativas privadas en áreas estratégicas.
La empresa, de financiamiento completamente privado, ya ha desarrollado ensayos previos sin difusión oficial. Productores rurales han denunciado la aparición de restos de cohetes en campos agrícolas, lo que refuerza las sospechas de pruebas no autorizadas ni monitoreadas.
Preocupación en la región por riesgos ambientales y legales
El cohete Aventura I cuenta con dos etapas, está fabricado en fibra de carbono y puede alcanzar una altitud de hasta 200 kilómetros. Transportará cámaras y pequeños satélites. Según Tlon Space, los lanzamientos serán monitoreados por drones y registrados en una web aún no habilitada.
A pesar de que la empresa asegura que la desintegración se producirá en capas altas de la atmósfera, el uso de materiales inflamables en un entorno rural y ecológicamente sensible ha encendido las alarmas. Organizaciones ambientalistas y vecinos exigen informes de impacto ambiental, protocolos de seguridad, y la realización de audiencias públicas, que hasta el momento no se han concretado.
Siete lanzamientos previstos y un vacío regulatorio preocupante
El plan de Tlon Space contempla siete lanzamientos en total. Sin embargo, no existen controles estatales visibles ni mecanismos de monitoreo externo sobre las actividades de la empresa. Esto pone de relieve un problema de fondo: el espacio aéreo argentino está siendo ocupado por actores privados sin regulación específica ni participación ciudadana, lo que genera un precedente preocupante.
En un contexto nacional de desregulación y repliegue del Estado, el caso Tlon Space representa un punto de inflexión sobre el uso del territorio y el rol de los organismos públicos. La comunidad espera respuestas claras antes de que el próximo lanzamiento —que ya se encuentra en cuenta regresiva— se concrete sin garantías suficientes.
Nahuel Barros/
La Nueva Comuna