El desembarco silencioso de capitales provenientes del mundo árabe en la Patagonia argentina ya tiene protagonistas definidos. Jeques, emires y magnates del Golfo Pérsico están consolidando su presencia en el sur del país, en alianza con figuras del deporte y empresarios locales. Entre residencias suntuosas, reservas de caza y proyectos energéticos, esta expansión revela una trama de adquisiciones multimillonarias, vínculos políticos y beneficios impositivos.
Uno de los actores más relevantes en este escenario es el emir Tamim bin Hamad Al Thani. A través de la firma Baguales Acquisitions S.A. —donde aparece como socio el ex tenista Gastón Gaudio— adquirió unas 10.000 hectáreas en la zona cordillerana de Río Negro, cerca del río Villegas.
En esas tierras se proyecta una residencia de alto nivel y ya se avanza en la construcción de tres pequeñas represas para abastecer de energía a Baguales, su exclusivo centro de esquí ubicado al sur de Bariloche, especializado en esquí fuera de pista.
Gaudio, campeón de Roland Garros 2004, es socio de Abdulhadi Mana A Sh Al-Hajri, empresario qatarí y cuñado del emir. Al-Hajri fue quien, en la entrega de premios del Mundial Qatar 2022, cubrió a Lionel Messi con la tradicional capa negra de pelo de camello, símbolo de la nobleza en el Golfo.
Muchas de estas adquisiciones se concretaron sobre terrenos fiscales que, en su momento, fueron vendidos a valores irrisorios durante la gestión de Miguel Saiz a compañías como Belgian Urban Renovation Company (BURCO) y a los empresarios Marcelo y José Mindlin. Varias de estas operaciones fueron objeto de causas judiciales que terminaron con funcionarios procesados.
La conexión emiratí en la costa atlántica
Otro enclave clave dentro de este entramado se ubica sobre la costa rionegrina, en las cercanías de la reserva Puerto Lobos. Allí, inversiones provenientes de Emiratos Árabes Unidos compraron el aeropuerto privado más grande de la región patagónica, una infraestructura estratégica por su cercanía con las Islas Malvinas y con el trazado previsto para el oleoducto Vaca Muerta Sur.
La empresa Manzil S.A., presidida por Jorge Ortiz y en la que participa Ignacio Petrocchi Massuh, representa estos intereses en la región. Sus principales accionistas son Osama Hussein Saleh Hussein Alahdaly y Matar Suhail Ali Al Yabhouni Al Dhaheri, ambos vinculados al alto empresariado de Emiratos.
La legisladora Magdalena Odarda cuestionó que estas operaciones hayan sido autorizadas por el gobierno provincial sin convocar a audiencias públicas ni garantizar el acceso a la información. También remarcó que la presencia policial en estas zonas privadas es prácticamente inexistente.
Caza, fideicomisos y negocios inmobiliarios
La expansión no se limita a tierras fiscales ni a la instalación de pistas aéreas. En el área conocida como Rincón del Diablo, donde antes se ubicaban campos pertenecientes a Marcelo Mindlin, se desarrolló un coto de caza mayor bajo el nombre de Hunting Lodge, también financiado con fondos emiratíes.
En esa zona, además, el gobierno provincial habilitó la extracción de áridos y el uso de espejos de agua dulce sin haber consultado a comunidades originarias ni haber realizado estudios ambientales. Según fuentes oficiales, “se hicieron las inspecciones correspondientes y la explotación solicitada no compromete los bienes de dominio público hídrico”.
El esquema empresarial se completa con el fideicomiso Amaike y la firma Dunia Inmobiliaria S.A., que articulan las inversiones árabes con referentes del empresariado local como Nicolás van Ditmar —vinculado a Joe Lewis— y el ex polista Hugo Barabucci, fundador de La Albertina. Barabucci consolidó su vínculo con Matar Al Yabhouni, una figura clave en el desembarco de capitales árabes.
El hermano de Matar, Faris Al Yabhouni, también estuvo presente en el polo argentino: integró el equipo La Albertina Abu Dhabi, que se coronó en el Campeonato Argentino, un torneo emblemático de un deporte que, al igual que el fútbol, se ha convertido en una herramienta diplomática y cultural para los países del Golfo.
Una estrategia de expansión global
Desde hace más de diez años, los fondos soberanos de Qatar y Emiratos Árabes Unidos vienen ampliando sus inversiones, alejándose de los activos financieros tradicionales para enfocarse en proyectos de infraestructura, bienes raíces, clubes deportivos y, cada vez más, en territorios y recursos naturales en el exterior.
La Patagonia argentina se ha convertido en una pieza estratégica dentro de ese esquema global. Con respaldo de socios locales, condiciones fiscales favorables y escasa fiscalización por parte del Estado, el sur del país se transforma en un refugio para fortunas árabes que buscan diversificar su capital en un mundo marcado por el cambio climático y las tensiones geopolíticas.
Con información de La Política Online
La Nueva Comuna