El hallazgo es un logro de la ciencia e investigación pública, que tiene detractores a ambos lados del mostrador.
En el Gobierno nacional, analizan los grandes beneficios que en materia de generación de divisas por exportaciones traería el trigo HB4, en tanto que podría ampliar la frontera productiva a lugares con escasez de lluvias.
Además, se da en un momento en que el cereal ha sufrido un récord de su valor histórico por el conflicto bélico en Europa, en tanto que Rusia es el principal exportador a nivel mundial y Ucrania el cuarto. Tras lo cual, luego de una pequeña caída, volvió a subir esta semana después de la decisión de la India de cerrar sus exportaciones de trigo, debido justamente a una sequía que, según indicaron, amenaza la seguridad alimentaria de su población.
De esa forma, el lunes pasado la tonelada de trigo en Chicago alcanzó los u$s 458,39; luego del récord de u$s 495,31 del 7 de marzo, pero mucho más alto que los u$s 300 que rondaba antes de estos sucesos.
Es decir, aparenta una gran oportunidad para la campaña que está por comenzar, ya que este cereal se siembra en invierno y se cosecha en octubre.
¿Qué opinan en el sector empresario?
El trigo HB4 tuvo su aprobación en Argentina para su siembra la semana pasada, y por ahora son pocos los países que dieron el visto bueno a su consumo. Por ello, desde el sector empresario temen iniciar su siembra y luego no poder vender los derivados del mismo al resto del mundo.
En esa línea se expresó el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, quien planteó que «el mercado mundial de trigo es de 150 millones de toneladas, y Argentina es el séptimo exportador, con la venta de 14 millones de toneladas anuales, y por lo tanto cualquier cosa que hagamos nosotros va a ser castigada en el mercado. Y habrá otros países exportadores que nos desplacen. Por esa razón es que estamos siendo tan explícitos y rotundos en decir que no vamos a aceptar un solo grano de trigo HB4 en los embarques porque eso es rechazo absoluto en cualquier mercado”.
También, desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) expresaron el lunes en un comunicado que «el trigo que se comercializa en el mundo es no transgénico, y esta aprobación es altamente riesgosa mientras no exista una aceptación de, al menos, los mercados más importantes para la Argentina».
Sin embargo, para el ex titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Pedro Peretti, no se trata en realidad de una preocupación sincera de los sectores representantes de la producción y, sobre todo, exportación de cereales en Argentina. Ya que Brasil, el principal comprador de trigo y derivados del mismo, ya aprobó también su consumo en ese país, aunque no así su producción. Como también lo hizo Australia, Nueva Zelanda, Colombia y Canadá, a la vez que se espera que siga sumando apoyos.
Para el ex FAA, más bien se trata de una cuestión de competencia: de los 65 eventos transgénicos aprobados en el país, 63 pertenecen a Monsanto y Syngenta; mientras que la patente del trigo y la soja HB4 pertenecen a la Universidad del Litoral y al Conicet, por lo que cada vez que la empresa asociada al proyecto venda esas semillas, deberá pagar regalías a esas entidades públicas.
Agronegocio vs Agroecología
Entre los detractores del hallazgo argentino se encuentran además quienes ven en la agroecología un modelo socioeconómico para superar las significativas consecuencias que trajo el sistema de producción a gran escala imperante hace poco más de dos décadas, como la deforestación, la pérdida de biodiversidad, el agotamiento del suelo y el desplazamiento poblacional, entre otros.
Fuentes del sector de la producción agroecológica de la provincia de Buenos Aires, donde se cultiva la mayor porción de trigo del país, indicaron a INFOCIELO que «es una locura» desde el punto de vista del consumo de alimentos, debido a que no habrá pan, fideos o cualquier otro producto derivado de la harina de trigo sin transgénicos.
En ese sentido, destacaron sobre el trigo convencional que al ser un cultivo de invierno, si se quiere se puede producir prácticamente sin utilizar herbicidas. Mientras que el trigo HB4 profundizaría la utilización del glufosinato de amonio, un herbicida aún más tóxico que el glifosato.
Por otro lado, adujeron que a partir de la producción del primer trigo transgénico del mundo, se correrá aún más la frontera agrícola, ocupando zonas que en la actualidad son de pasturas.
Este último argumento fue rechazado por la propia investigadora Raquel Chan, quien no ve en la agricultura familiar un sistema posible para la economía argentina. En ese sentido, manifestó que en zonas de Buenos Aires, Córdoba o San Luis, el rendimiento del trigo HB4 podría alcanzar un 100% en terrenos de baja precipitación, solo en la misma frontera agrícola.
La ONU alerta por la crisis alimentaria
Se estima que en los silos ucranianos hay 25 millones de toneladas de cereales que no pueden ser exportados, debido a la guerra. Junto a la escasez de trigo, se suma la producción de fertilizantes, todo lo cual podría generar una crisis alimentaria mundial que «si no se hace nada, podría durar varios años», aseguró hoy el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Durante su gira por Europa, el presidente Alberto Fernández fue alertado por su par francés sobre la situación alimentaria en países de África, adonde podría generarse «una desestabilización en cadena» en caso de ocurra el faltante de alimentos que se prevé como consecuencia del conflicto bélico.
Por ello, el titular de la ONU exigió que Rusia permita la exportación de los cereales ucranianos y que los países occidentales den acceso a los fertilizantes rusos a los mercados mundiales, todo lo cual por ahora no hay señales en ese sentido.
Al respecto del trigo transgénico argentino, esta situación de vulnerabilidad global fue expresada por el secretario de Agricultura de la Nación, Matías Lestani, del siguiente modo: “Todo criterio de sustentabilidad y que proponen los organismos genéticamente modificados queda todo eso suspendido hasta nuevo aviso, y además en los países desarrollados comienza a primar el criterio de seguridad alimentaria sobre otras decisiones”.
Infocielo
Publicado en lanuevacomuna.com