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Preocupación en la industria: el Gobierno evalúa flexibilizar la importación de máquinas usadas

El Gobierno está considerando flexibilizar las restricciones para la importación de bienes de capital usados, según confirmaron a Ámbito fuentes del sector industrial, quienes expresaron su inquietud por los posibles efectos de esta medida. Este medio tuvo acceso a una carta enviada por la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) al Secretario de Comercio, Pablo Lavigne, donde se manifiesta el rechazo a la eventual eliminación del marco regulatorio vigente. Los industriales argumentan que esta decisión podría desalentar la inversión en tecnología y comprometer la calidad de los productos. Los sectores más afectados serían el de maquinaria agrícola, oil & gas, y equipamiento médico.

La preocupación no es infundada. El presidente Javier Milei continúa impulsando su agenda de liberalización económica y apertura comercial. Entre las medidas ya implementadas destacan la eliminación de licencias, la reducción de aranceles, el desmantelamiento de normativas de calidad y modificaciones en el sistema antidumping.

Sin embargo, hay más cambios en el horizonte. Representantes de la industria anticipan que la próxima medida estará enfocada en incentivar la importación de bienes de capital usados. Según fuentes del sector, esta información proviene tanto de rumores en los medios como de conversaciones con funcionarios del equipo económico.

El actual marco regulatorio para máquinas usadas
Frente a esta situación, ADIMRA envió una nota al secretario de Comercio, Pablo Lavigne, solicitando una reunión para expresar su preocupación y discutir los alcances de esta posible medida. Lavigne responde directamente al ministro de Economía, Luis Caputo.

El régimen vigente, establecido por la resolución 909 y sus modificaciones desde los años 90, organiza el ingreso de bienes usados en tres anexos. El primero incluye bienes que deben pagar un derecho de importación y requieren la tramitación de un certificado especial para evaluar su impacto en la industria local.

En el segundo anexo se encuentran las posiciones arancelarias cuyo ingreso está prohibido, como maquinaria destinada a los sectores agrícola, energético, sanitario, de construcción y transporte. El tercer anexo contempla bienes cuyo ingreso es directo, con una amplia variedad de posiciones arancelarias incluidas.

A lo largo del tiempo, este régimen ha sido ajustado para adaptarse a las transformaciones del mercado, con bienes que se han movido entre los diferentes anexos. Los industriales no rechazan la idea de actualizar las normativas, pero subrayan que el problema radica en la posibilidad de eliminar por completo el régimen, permitiendo el ingreso irrestricto de toda máquina usada. Esto fue insinuado por el secretario de Transformación del Estado, Maximiliano Fariña.

La posición de los industriales
En la carta dirigida a Lavigne, la cámara que nuclea a los metalúrgicos expresó su “preocupación ante las versiones sobre la posible derogación del régimen de importación de bienes usados”. En el documento, se advierte que “la eliminación de este sistema afectaría la producción y el empleo nacional, generando una competencia desleal entre un bien nuevo y uno usado”.

La misiva también plantea interrogantes sobre los aspectos prácticos de la medida: ¿cómo se valora un bien de capital usado?, ¿en qué condiciones ingresa?, ¿sobre qué monto se aplican los impuestos?, ¿es posible declarar cualquier valor?

El texto destaca que, bajo el régimen actual, el proceso de consulta para la obtención del CIBU (Certificado de Importación de Bienes Usados) exige información detallada sobre los casos en los que existe producción nacional, incluyendo datos del fabricante, capacidad productiva y tiempos de entrega. Además, señala que la eliminación del marco regulatorio podría incrementar los riesgos de seguridad debido al estado de las máquinas importadas.

Contexto económico adverso
Esta potencial modificación llegaría en un contexto de apreciación cambiaria acelerada, que afecta la competitividad de la economía argentina en su conjunto, y en medio de una crisis que ha generado caídas de dos dígitos en la mayoría de los sectores industriales.

Con información de Ámbito

Publicado en lanuevacomuna.com

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