El peronismo de la provincia de Buenos Aires atraviesa una interna feroz por el control del espacio político. Entre cruces públicos, videos virales y acusaciones de presiones, las principales figuras de Unión por la Patria iniciaron un debate abierto que expone las tensiones internas sin filtros.
La discusión en torno a la estrategia electoral encendió la mecha y obligó a cada sector del frente a tomar una postura. Aun así, algunos referentes optan por mantener posiciones intermedias, con el fin de sostener conversaciones reservadas con todas las líneas en disputa.
En las últimas elecciones, el peronismo bonaerense logró quedarse con 84 intendencias. El resultado se vio favorecido por la fragmentación de la oposición y por el crecimiento de listas libertarias en distritos clave, lo que permitió triunfos inesperados en varios municipios. Fue sorpresivo ver teñirse de azul lugares como Bahía Blanca y Olavarría. Hoy, a un año y medio de aquellos festejos, domina la incertidumbre.
En ese nuevo tablero, Axel Kicillof comenzó a consolidarse como líder del espacio y ya cuenta con el respaldo directo de 41 intendentes. En paralelo, La Cámpora retiene 10 jefes comunales propios y otros 11 alineados a Cristina Kirchner. El massismo, por su parte, conserva 16 intendentes. A este mapa se suman 6 jefes comunales que se mueven con autonomía, evaluando jugadas según su proyección individual.
En términos de volumen electoral, los municipios bajo la órbita de Kicillof concentran unos 5.836.446 votantes. Mientras tanto, La Cámpora, pese a su peso en la Tercera Sección, abarca un universo de 3.625.486 electores.
La discusión sobre el posible desdoblamiento de elecciones volvió a ubicar a Cristina Kirchner en el centro de la escena. La expresidenta les expresó a sus intendentes, durante una reunión en el camping de Anses en Ezeiza, que está dispuesta a asumir un rol legislativo si no se alcanza un consenso. “Estoy dispuesta a bajar a la legislatura porque los cargos no importan si se alcanza el triunfo”, les transmitió. Su posible postulación en la Tercera Sección vuelve aún más palpable el riesgo de ruptura.
“Cristina nos planteó un escenario con su candidatura y sabemos que si eso ocurre, nos tenemos que retirar del oficialismo. Estamos preparados para eso”, aseguró a Mundo Gremial un senador camporista con aspiraciones a la intendencia.
Esa declaración quedó flotando como señal de una posible fractura. Si se concreta el quiebre, los cuatro ministerios que hoy maneja La Cámpora en el gabinete bonaerense quedarían vacantes, representando un golpe decisivo para la gestión de Kicillof. No sería la primera vez: ya durante la presidencia de Alberto Fernández, la agrupación de Máximo Kirchner protagonizó una ola de renuncias. Hoy, las comparaciones entre el actual gobernador y el expresidente abundan: “Su principal error fue no escuchar a Cristina”, repiten desde el cristinismo.
Mientras tanto, algunos intendentes alineados con Kicillof ven la posible salida de La Cámpora como una oportunidad. “Si se van del gobierno, nosotros estamos preparados para que haya compañeros en esos cargos y que van a dar todo para que al gobernador le vaya bien en su disputa contra Milei”, afirmó uno de los promotores del espacio Derecho al Futuro.
Este fin de semana será clave: el sábado se reunirán referentes del kicillofismo y del Frente Renovador. Y el domingo, todas las partes volverán a encontrarse cara a cara. Axel Kicillof, junto a Carlos Bianco, tiene agendada una cumbre con Máximo Kirchner y Sergio Massa. La última reunión se dio en buenos términos, aunque el vínculo se resintió luego de que Teresa García presentara un proyecto distinto al acordado en esa misma mesa, con el respaldo también de una senadora massista.
Con el decreto de convocatoria electoral ya firmado, el equipo de Kicillof prepara su estrategia. “No es una posición intransigente, pero lo tenemos estudiado. Lo mejor para nuestro sector es el desdoblamiento”, dijo a Mundo Gremial uno de los ministros que acompañó al gobernador al Teatro Argentino.
La Nueva Comuna