Una empresa petrolera británica que busca explotar crudo en las Islas Malvinas expresó su satisfacción por el nuevo acuerdo entre el gobierno de Javier Milei y el Reino Unido.
«Recibimos con agrado el anuncio del 24 de septiembre sobre un nuevo acuerdo de cooperación entre las Islas Malvinas y Argentina», comentó este jueves Samuel Moody, CEO de Rockhopper Exploration, la petrolera que controla el 35% del proyecto Sea Lion, un yacimiento offshore ubicado a unos 220 kilómetros al norte de las Islas Malvinas.
El directivo hizo estas declaraciones en el informe semestral de la empresa, publicado el 26 de septiembre, donde se analiza el posible avance hacia la decisión final de inversión en el proyecto Sea Lion junto a su socio mayoritario, la compañía israelí Navitas Petroleum, que posee el 65% restante del desarrollo.
El acuerdo firmado en Nueva York entre la canciller argentina Diana Mondino y el Secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, incluye la continuación del proyecto humanitario solicitado por los familiares de las víctimas de la guerra de 1982 y la apertura de vuelos desde San Pablo (Brasil) con una escala en Córdoba hacia las islas. Este último punto ha despertado el interés de las petroleras, ya que facilitaría parte de la logística para el proyecto.
Hasta ahora, las empresas petroleras no han confirmado la inversión mayor necesaria para perforar pozos a 500 metros de profundidad y comenzar la producción. Se estima que la decisión final podría tardar algunos meses más. Sin embargo, se proyecta que el yacimiento podría generar entre 55.000 y 80.000 barriles de petróleo diarios, lo que equivaldría aproximadamente al 11% de la producción actual de Argentina, que ronda los 700.000 barriles diarios, incluyendo la producción de Vaca Muerta y otros campos convencionales.
De acuerdo con las estimaciones de Rockhopper y Navitas, si el precio internacional del crudo se mantiene en torno a los 70 dólares por barril, el proyecto Sea Lion podría generar ingresos anuales de alrededor de 1.700 millones de dólares. Si no se ve interrumpido por reclamaciones de Argentina, el yacimiento contará con 22 pozos operativos. Un barco especializado procesará y almacenará el crudo en alta mar, mientras que otros transportarán el petróleo a diversos mercados globales.
La exploración de ambas petroleras en la cuenca al norte de las Islas Malvinas está avanzada. El gobierno local ha convocado a una consulta pública para que los aproximadamente 4.000 residentes expresen su opinión sobre la explotación del yacimiento, centrándose en un estudio de impacto ambiental de más de 1.500 páginas presentado este año por las empresas. Ahora se espera la respuesta de las petroleras a las preocupaciones de los isleños sobre el estudio.
El yacimiento Sea Lion fue descubierto en 2010 por Rockhopper. Posteriormente, se asoció con Harbour Energy, que vendió su participación en 2022 a Navitas. Harbour había explorado petróleo en las Malvinas, y en 2021 el gobierno argentino inició un proceso sancionatorio contra la compañía.
El mes pasado, Harbour Energy completó una transacción de 11.200 millones de dólares para adquirir los activos globales de la empresa alemana Wintershall DEA, cuyo principal accionista es la petroquímica BASF, que también operaba en Argentina. De este modo, Harbour se hizo con los activos de Wintershall en Vaca Muerta y en la plataforma offshore frente a Tierra del Fuego.
Navitas ha invertido millones de dólares en la exploración del proyecto Sea Lion, lo que ha permitido aumentar los recursos y reducir los costos del proyecto en los últimos dos años. Esto significa que el proyecto es rentable con un precio del barril cercano a los 70 dólares, generando ganancias anuales estimadas en 1.700 millones de dólares, según el informe semestral de Rockhopper.
Con información de El Destape
Publicado en lanuevacomuna.com