El Movimiento Evita considera que La Cámpora profundizará su perfil más confrontativo tras la condena a Cristina Fernández de Kirchner, y busca converger en ese camino junto a Grabois y espacios de izquierda. El malestar dentro del entorno de Axel Kicillof.
Frente a la sentencia judicial contra Cristina Fernández de Kirchner, el Movimiento Evita tomó una postura decidida. En el último encuentro del Partido Justicialista, Emilio Pérsico introdujo el concepto de «resistencia» como eje de acción. Junto a La Cámpora y el espacio de Juan Grabois, son los sectores que impulsan una estrategia más radicalizada, en contraste con la línea de moderación que promueven el Frente Renovador y el círculo más cercano a Axel Kicillof.
Tras el deterioro del vínculo entre la ex mandataria y el actual gobernador bonaerense, el Movimiento Evita había intentado mantener cierta equidistancia. Sin embargo, la condena alteró ese equilibrio. Pérsico retomó contacto con Cristina y acudió a la sede del PJ en la calle Matheu para formalizar ese acercamiento.
Según relataron varios dirigentes que participaron de la reunión, el líder del Evita expresó de forma contundente su postura, repitiendo una frase con fuerte carga simbólica: «La pradera está seca, es hora de incendiarla.»
Grabois propone abstención, mientras Massa impulsa un frente peronista contra Milei
Uno de los referentes del peronismo que mantuvo diálogo con Pérsico en los últimos días sostuvo: «Pérsico está convencido de que La Cámpora va a profundizar su perfil combativo y que se va a unir con Grabois y los sectores que representan figuras como Myriam Bregman. Él quiere que el Evita sea parte de ese bloque.»
En el reciente cónclave del PJ donde confluyeron dirigentes alejados de la actual conducción formal, Sergio Massa se distanció de la idea de abstenerse electoralmente –propuesta por Grabois– y promovió la conformación de un amplio espacio peronista que haga frente a Javier Milei. Massa rechaza que el rumbo a tomar sea una radicalización hacia la izquierda como respuesta al fallo judicial.
Durante el acto del PJ en homenaje a las víctimas de la masacre de José León Suárez, Cristina Kirchner compartió el escenario con Leo Grosso y Jorge Costales.
Una figura clave del acercamiento entre Cristina y el Movimiento Evita es la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, muy cercana a Máximo Kirchner. Fernández se manifestó abiertamente en contra de la propuesta de Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales.
Otro nexo relevante es Leonardo Grosso, diputado nacional y dirigente del Evita, quien disputa el liderazgo local en San Martín al actual ministro Gabriel Katopodis. La presencia de Grosso junto a Cristina en el acto conmemorativo de los fusilamientos de José León Suárez envió una señal política potente hacia el escenario bonaerense.
Desde La Cámpora interpretan que el reencuentro entre Cristina y el Evita responde a una necesidad de este último por recuperar protagonismo. «La reacción del Evita al gobierno de Milei fue tibia. Ninguno de sus referentes enfrentó causas vinculadas a los comedores o a los programas sociales», expresó un dirigente camporista.
Hoy por hoy, Pérsico se posiciona como uno de los referentes más activos dentro de la nueva etapa de «resistencia» que impulsa el kirchnerismo tras lo que definen como una “proscripción” de Cristina.
«Somos parte de la organización de la gran movilización del miércoles, que creemos será masiva. Estamos dialogando con gobernadores, intendentes, gremios. Buscamos que sea una de las marchas más importantes de los últimos años en el país», afirmó un vocero del Movimiento Evita.
Con información de La Política Online
Publicado en lanuevacomuna.com