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PENSAMIENTO, PRODUCCION

PAREN DE ROBAR: El fenomenal saqueo a los productores del sudeste bonaerense

Las palabras de Mario Dahul, ex concejal y ex convencional constituyente, resuenan con fuerza y crudeza: «Los ’90 (menemato) profundizaron al MIL POR CIENTO la entrega y liquidación del patrimonio nacional». Dahul expone una realidad histórica que muchos prefieren ignorar, pero que afecta directamente a los productores de la región sudeste de Buenos Aires.

Durante la década de 1990, con la llegada del concepto de «hidrovía» —término que ni siquiera existía en nuestro idioma—, se estableció un nuevo paradigma logístico. La construcción de puertos privados en la región de Rosario y Santa Fe (Rosafe) facilitó la exportación del 80% de la producción agraria nacional. Los buques de ultramar, con capacidades de entre 25.000 y 40.000 toneladas, eran suficientes para sostener el comercio exterior. Mientras tanto, Puerto Quequén, con su limitado calado y recurrentes marejadas, debía lidiar con días inoperables y una reputación que lo llevó a ser conocido como «puerto sucio».

El cambio de paradigma: La llegada de los Panamax

Sin embargo, el mundo globalizado no tardó en traer cambios drásticos. Los antiguos buques fueron reemplazados por los «Panamax», con el doble de capacidad de carga (70.000 a 80.000 toneladas). Este nuevo escenario dejó en evidencia las limitaciones de los puertos del Paraná, cuyos calados no superaban los 32 pies, insuficientes para estos gigantes del mar.

La solución fue sencilla, pero con un alto costo para los productores bonaerenses: Puerto Quequén se convirtió en un puerto de completamiento de carga. Los buques llegaban a Rosario y Santa Fe, cargaban hasta donde les permitía el calado y luego completaban el resto en Quequén, donde podían alcanzar hasta 42 pies.

El costo oculto: Un robo sistemático a los productores

Para que este sistema funcionara, los granos exportados desde Quequén se pagaban menos. Se argumentaba que el diferencial de precios se debía a la necesidad de compensar el falso flete originado por enviar buques a media carga durante mil kilómetros. El resultado: los productores de la región perdían millones de dólares anualmente.

Pero «pasaron cosas». En 2008, se inauguró la extensión de la escollera sur de Necochea, una obra de 90 millones de dólares financiada por el Estado Argentino. Además, se dragó el canal de acceso y el propio puerto hasta alcanzar los 50 pies de profundidad, adaptándolo perfectamente para los Panamax. Desde entonces, Puerto Quequén dejó de ser «puerto sucio».

El balance: 2.200 millones de dólares en pérdidas

A pesar de las mejoras, el saqueo continuó. Dahul estima que desde 2008 hasta hoy, los productores del sudeste bonaerense han perdido aproximadamente 2.200 millones de dólares, equivalentes a unas 50.000 camionetas Hilux 4×4 o 100.000 viviendas populares. Este fenómeno es conocido por toda la cadena agroexportadora, pero el silencio cómplice reina.

«En esto no hay inocentes», enfatiza Dahul. «Así como se pueden comprar senadores amantes de Paraguay, mucho más fácil se compran otros personajes ligados a esta cadena».

Es necesario que se tomen medidas urgentes para frenar este saqueo que empobrece a los productores locales y favorece a los grandes conglomerados exportadores.

El título de esta nota no podría ser otro: PAREN DE ROBAR.

Alfredo Barros / LANUEVACOMUNA.COM

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