Gracias a registros audiovisuales y el trabajo de dos peritos especializados, se logró reconstruir el momento exacto en el que el fotoperiodista fue herido. El hecho vuelve a poner en debate la escalada de violencia institucional impulsada por el Ministerio de Seguridad, con casos que se repiten cada vez con mayor frecuencia.
La reconstrucción del disparo que hirió a Pablo Grillo
El fotógrafo Pablo Grillo permanece en estado crítico tras recibir un impacto en la cabeza de un cartucho de gas lacrimógeno durante la última marcha en defensa de los jubilados frente al Congreso de la Nación. La organización Mapa de la Policía llevó adelante una reconstrucción del ataque para esclarecer cómo ocurrió la agresión.
Gracias al análisis de imágenes registradas entre las 17 y 17:30 horas del miércoles 12 de marzo, aportadas por manifestantes y fotoperiodistas presentes en el lugar, se pudo determinar el origen del disparo y su trayectoria. Los peritos Willy Pregliasco y Martín Onetto emplearon técnicas avanzadas para reconstruir el hecho y ahora trabajan en la identificación del responsable.
En el informe pericial se concluye que “el disparo ocurrió a las 17:18:05”. Además, se identificaron dos camiones hidrantes: uno verde, perteneciente a Gendarmería Nacional, y otro azul, de la Policía Federal. Según el informe, “el disparo estuvo originado en el cordón uniformado del lado N y adyacente al hidrante de la Policía Federal”.
El estudio de los peritos revela que “se observa en el video tanto el origen del disparo como la trayectoria del proyectil. La trayectoria está ligeramente inclinada hacia abajo y no impacta sobre ningún objeto intermedio ni el piso. Este comportamiento no se corresponde con ningún protocolo de uso de las granadas de gas y la trayectoria es directa hacia Pablo Grillo”.
Violación de los protocolos de seguridad
Las normativas sobre este tipo de armamento estipulan que los disparos de cartuchos de gas deben realizarse con un ángulo de 45 grados en dirección ascendente, algo que claramente no ocurrió en este caso.
“Tiraron a matar”: el informe que expone el abuso de poder
Tras conocer los resultados del análisis pericial, desde Mapa de la Policía fueron contundentes: “tiraron a matar”. Además, señalaron la responsabilidad política de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien respaldó el accionar de las fuerzas de seguridad luego de la represión contra la protesta.
Las medidas impulsadas por el gobierno, como el protocolo antipiquetes y la reciente Ley Antimafias, han restringido el derecho a la protesta. Según estas normativas, cualquier manifestación que implique cortes parciales o totales de calles, rutas o avenidas se considera un delito en flagrancia, habilitando la intervención de las fuerzas de seguridad para desalojar y reprimir a los manifestantes. Además, estas regulaciones permiten la recopilación de información sobre quienes participan en las protestas con el objetivo de perseguirlos penalmente.
Sin embargo, ninguna legislación habilita el uso de armas de manera directa contra manifestantes. Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) advirtieron que las pistolas de gas lacrimógeno son «un arma prohibida en gran parte del mundo” debido a que se consideran «potencialmente letales”.
El poder de las cámaras como herramienta de denuncia
En cada protesta, las imágenes captadas por manifestantes y periodistas se convierten en una herramienta clave para documentar y denunciar la violencia institucional.
Un antecedente reciente demuestra la importancia de estos registros: durante la represión en la protesta contra la Ley Bases, las grabaciones permitieron analizar con precisión los hechos y demostrar que los 33 detenidos no habían cometido delitos.
Hoy, ese mismo material es clave para identificar al responsable del ataque contra Grillo. Gracias a la colaboración de especialistas del CONICET y el trabajo de Mapa del Delito, se busca exponer y denunciar el accionar de las fuerzas de seguridad en la Ciudad de Buenos Aires.
La Nueva Comuna