San Cayetano es adorado por las personas más humildes, quienes mantienen la esperanza de un futuro mejor. Estas mujeres y hombres se movilizan cada año, a veces como familias enteras, o turnándose entre sus miembros, para rendir homenaje a su deidad «del pan y el trabajo».
Como cada 7 de agosto, miles de fieles llegaron a la iglesia en Liniers para pedir y agradecer al patrón de los desempleados. Las peticiones más comunes son por trabajo y para que no falte el alimento diario. Los creyentes coinciden en que hubo tiempos mejores y que, desde la administración de Javier Milei, la crisis se ha intensificado.
Están los desamparados, quienes se mantienen por la fe y la creencia en los milagros del santo. La mayoría avanza en silencio, con paso firme aunque lento, sin importar el frío, los dolores o las enfermedades. Llegaron como todos los años para mostrar gratitud y orar por un futuro mejor.
Entre los testimonios recopilados por C5N en la marcha por el Santo de la Providencia y Patrón del pan y el trabajo, se encontraba una mujer de 74 años, que lleva 50 años asistiendo al santuario en el barrio de Liniers: «Vine a agradecer y a pedir por mis hijos, mis nietos, hermanos, y por mi país, porque estamos en un momento difícil». Con voz casi quebrada, parecía sentirse culpable de «tener todo», según detalló: «Tengo comida y una cama caliente, no me puedo quejar».
La jubilada aseguró que sus hijos la ayudan a pagar los servicios, a la vez que afirmó que «no todos vivimos igual». En este sentido, remarcó sobre la situación del país: «Todos los gobiernos me desilusionaron, todos dicen que están a favor de la gente pero todo sigue igual».
Como muchos, viene a agradecer que nunca le faltó un plato de comida, pero eso no les impide ver la miseria que otros sufren a su alrededor, y que «no es de ahora». Como en una oración, miró al cielo y recalcó: «Espero que este país salga adelante porque los argentinos somos muy trabajadores».
Ella hace la fila de más de una cuadra, en una tarde en la que el sol alivia un poco la dura realidad argentina. El sentimiento de cada alma que llegó por su propia voluntad es el mismo: agradecer y pedir. «Nunca dejamos de venir, sino no habría todo esto», insistió.
Entre la multitud que pudo registrar C5N está Moneda, un artista graduado de Bellas Artes, que contó con orgullo que fue quien pintó los murales de afuera y del interior de la iglesia. Su vida es más dura. Entre sus manos muestra un álbum con las fotos de cada una de las pinturas que los fieles pueden ver en el santuario.
«Hace 39 años que vengo, pinté los murales de adentro y de afuera. Yo trabajaba cerca de aquí, a una cuadra y media estaba la empresa. Gano poco pero como hago tatuajes, banderas, retratos, me las ingenio, pero cuesta bastante», reflexionó el hombre.
Tiene una mirada crítica hacia los gobernantes que insisten con los ajustes que afectan a los más desfavorecidos: «Este gobierno (Javier Milei) es lo mismo que Menem (Carlos) y que Macri (Mauricio). Se ocupan de los negocios para los empresarios. Se olvidan del pueblo». Entre los reclamos destacó que «falta más trabajo y pensar más en el pueblo… más justicia social».
Este día no será uno más en sus vidas, porque tocaron al santo, al glorioso San Cayetano. Vinieron para estar cerca, venerarlo, darle gracias y pedirle que interceda ante su Dios para que nunca falte el pan y el trabajo.
Con información de C5N
Publicado en lanuevacomuna.com