Me rindo
Por Luis Mardegan
Soy un firme defensor de los regionalismos y de la integración de las comunidades. Treinta años de aplicación de políticas neoliberales y sus consecuencias me fortalecieron en mi convicción. El paradigma de globalización con desarrollos locales, sin estados nacionales, demostró que solo servía para los negocios del mercado pero no para el bienestar de los pueblos.
En esa línea, siempre creí en la existencia y fortalecimiento del núcleo urbano Necochea – Quequén y no en la autonomía de esta última ciudad. Los servicios públicos compartidos (salud, mantenimiento, administración, etc), el Puerto Quequén en ambas márgenes, la sinergia que provocarían la unión de los recursos naturales, económicos y fundamentalmente humanos, resultaban a mi criterio fundamentos suficientes para mantener y consolidar el núcleo urbano.
Conforme a ello en los distintos lugares donde milité y en los espacios institucionales que me tocó ocupar, trate de aportar en esa dirección. A solo título de ejemplo cito cuando siendo concejal, propuse y logré la aprobación del Fondo de Reparación Histórica de Quequén, integrado con los dineros que se recaudaran en la primera moratoria de las muchas que implementó el Dr. Molina y demás caudales que se asignaran, para la realización de obras publicas. Se planteaba también que fueran los vecinos de Quequén, en audiencia pública, los que decidieran que obras eran las prioritarias. El resultado: no se agregaron nuevos fondos y tampoco fue respetada la voluntad de los vecinos en cuanto a las obras a realizar.
Pero (siempre hay un pero) siempre me llamó la atención el tesón y la perseverancia que mostraban, en forma activa y con la adhesión tacita de la mayoría, un grupo de vecinos que exigían y mantenían vivo el pedido de autonomía de Quequén, Argumentaban la identidad histórica, el abandono que venían sufriendo, primero de parte de Lobería y después de Necochea, pero fundamentalmente, el deseo de gobernarse a sí mismos y ser artífices de su propio destino. Los hechos en muchos casos les daban la razón.
Las medidas de fuerza que llevaron adelante los integrantes de la Comisión Pro Autonomía, con cortes al ingreso de camiones a las terminales portuarias, volvieron a poner a la luz pública el tema, despertando una fuerte polémica por el método utilizado para lograr «visibilidad».
El jueves 19 de mayo pude observar en el programa «De Frente» a dos integrantes de la Comisión Pro Autonomía (de Ilzarbe y Nicolosi). Allí mantuvieron firmemente, con argumentos, sus posturas en contra de una ley marco para las autonomías que con media sanción en Senadores de la provincia, espera la sanción de Diputados, y exigieron la sanción de una ley que creara el municipio de Quequén
La convicción de estos dos vecinos de Quequén (que intentaron ser ridiculizados, acosados, minimizados, e incluso enviados a consultar a un psiquiatra y/o psicólogo, por el «poder» comunicacional, político y económico, representados en el conductor y los panelistas), me hicieron reflexionar profundamente.
Para fortalecer mis reflexiones, unos días después, el 25 de mayo, la comunidad de Quequén se movilizó en gran número para reclamar la autonomía.
Me pregunte entonces:
Podemos seguir insistiendo seriamente en la integridad del núcleo urbano Necochea – Quequén, cuando los distintos gobiernos municipales y las diversas composiciones del Concejo Deliberante, no han realizado acciones suficientes para concretarlo?
Son solo las cuestiones económicas las que determinan la existencia de un municipio? si fuera así muchas provincias argentinas, anteriores a la existencia de la republica misma, habrían sido disueltas.
No resulta acaso más importante la identidad y la vocación de existir que las condiciones objetivas que podrían llevar a un supuesto desarrollo?
Alcanza con declamar, elección tras elección, que se va a permitir que los ciudadanos definan el delegado municipal para satisfacer las demandas de tantos años?
La integración del núcleo urbano no será más posible de lograr con dos gobiernos municipales que, representando las particularidades e intereses de sus habitantes, busquen los puntos en común que lo potencie?
Las respuestas a estas preguntas me llevaron a una conclusión.
Einstein decía que «si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo».
Por ello quiero decir finalmente, que me rindo, que me convencieron, que estoy a favor de la autonomía de Quequén, que la razón alguna vez debe rendirse ante la fuerza del sentimiento, la voluntad y la militancia, y que creo que llegó el momento en que los quequenenses sean considerados por lo que son: ciudadanos de primera.
Publicado en Carta de lectores. Etiquetado con Mardegan. Por ahorainfo.com.ar – 6 junio 2011