El macrismo como expresión del odio colectivo al semejante
Esta publicación no tiene nada que ver con las que suelo escribir. Solo quiero hacer catarsis con ustedes porque de alguna manera son una especie de familia en donde puedo ir a buscar amparo frente a la angustia.
Me acaban de echar de un negocio de comida por kilo de cuarta categoría. Uno que no tiene más de dos metros cuadrados y al que ya casi no le queda mercadería, porque se está derrumbando en progresión exponencial.
Cuando saco el tema de la crisis, la dueña, luego de hacer silencio por un rato, toma aire y empieza a vociferar «¿Acaso alguna vez estuvo bien este país? si este país siempre estuvo en crisis». Cuando le digo que durante el gobierno anterior hubo muchísimo Lanata pero ni por asomo una crisis, y le recito desde los récords de ventas de electro, pasando por los viajes al exterior, siguiendo por los subsidios a las tarifas y terminando por las escuelas y universidades construidas, los medicamentos gratuitos y los salarios de 600 dólares, lo único que tiene para responder es que «Yo lo único que sé es que todo esto que hoy estamos pasando ahora es por culpa de que antes se les regalaba plata a los vagos».
– a los negros hay que matarlos a todos
– ¿qué opina del aborto?
– estoy a favor de las dos vidas
– pero si los negros no abortan se llena de negros
– 💥 pic.twitter.com/zFaTpjlNGS— Mimizu 🍣 (@lalombrizok) 7 de junio de 2018
Me lo dice con impostación de Máxima Zorreguieta y un odio controlado en la mirada, esa morocha heredera de criollos con eterno olor a frito que se está fundiendo detrás de un mostrador improvisado con sobrantes de maderas.
Al lado tengo dos jubilados que preguntan 30 veces el precio de la carne pero finalmente se llevan dos papas miserables, que toman coraje para plegarse al discurso de la dueña. Me dicen, sobradores y sin mirarme, que el pobre de Macri debería haber «destapado la olla de la devastación que le dejaron esos que subsidiaban todo», y me vuelven a mirar de reojo con cara de asco.
Cuando les exijo que fundamenten con al menos UN dato básico de la economía lo que están afirmando, y repregunto si acaso saben cuántos miles de millones de dólares de reservas le dejó CFK a Macri, se ponen muy nerviosos, cambian el tema hacia otras críticas burdas, elevando muy fuerte la voz para tapar la mía. Les vuelvo a exigir aunque sea UN solo dato que fundamenten las acusaciones que están haciendo, pero no obtengo ningún tipo de respusta coherente, salvo renovadas miradas de odio y sobradores gestos de rechazo y desprecio.
«@Caruchi_M: #ImpresentablesAntiK pic.twitter.com/PPpzknC9«QUE ODIO NO.?
Estos más que antik son la PANDO ultra derecha.— Cesar Alvargonzalez (@CesarAlvar) 5 de junio de 2012
Les digo,elevando fuerte la voz, que son unos ignorantes que se llenan la boca hablando de los «vagos», pero que los verdaderos y vergonzosos vagos son ellos, que pudiendo hacerlo no se informan de nada, no tocan un puto libro, pero se dan el lujo de calumniar al pasado gobierno porque el aire y la televisión son gratuit@s. Mientras me voy porque me exigen con muy mala cara que me retire, les digo que yo soy quien está harta de mantener vagos como ellos, que por ignorantes le arruinan la vida a millones con el voto.
Me voy temblando de la impotencia, la decepción y la rabia. Porque allí es donde siento que no hay argumento posible que valga, ahí es donde capto en su plenitud que esto no se dirime por la vía de la racionalidad, porque el motor que moviliza a esa tilinga y esos jubilados es, en realidad, el odio irracional a que un gobierno le de algo a otro, como por ejemplo un subsidio. Y contra eso no hay nada que se pueda hacer. Habría que matarlos, volver el tiempo atrás y resucitarlos a los 3 años para reeducarlos y enseñarles a compartir. Y eso no se puede, salvo en Black Mirror.
Lo de hoy ha sido para mí una bisagra. Porque nunca vi tanto pobre infeliz desclasado y beneficiado por Cristina, odiando a Cristina. Entendí con el cuerpo lo que 20 años de libros universitarios no pueden enseñarte aunque en realidad, te lo digan: que el poder del salvaje neoliberalismo que nos arrasa no tiene que ver con Macri ni con el Pro, que era un partidito de mierda, chiquitito, hace apenas unos años.
Por favor, NO sigamos el camino de la polarización, el odio y el rencor. Acá algunos fueron a buscar a Durán Barba y por lo visto estan aplicando sus despectivas y anticivilizatorias teorías. Somos uruguayos sabemos como resolver nuestras diferencias. pic.twitter.com/MjttLwwVRn— Pablo Barrone (@PabloBarrone) 19 de febrero de 2018
Entendí que en realidad son los millones de argentinos hijos de puta, egoístas, malparidos e ignorantes, los que le dieron un descomunal poder a ese partido chiquito que lideraba un tarado y su vicepresidenta que ni siquiera saben articular dos ideas con un mínimo nivel.
Entendí que el Neoliberalismo no es Cambiemos, no es Macri, no es Vidal, que ellos son intercambiables y prescindibles. Y lo son porque ese monstruo que arrasa con todo que conocemos bajo el nombre de «Neoliberalismo» en realidad es la resultante de una función matemática producto de la sumatoria de la miseria humana de millones de homínidos que prefieren morirse en la miseria antes de volver a ver que un gobierno tenga políticas solidarias.
Son los que no conciben la solidaridad como forma de vida, no toleran que se le dé algo al otro, porque sienten que se lo están sacando a ellos, aunque al ver su plato comprueben que lo tienen diez veces más lleno que antes.
Cadena nacional del odio!!!
DURAN BARBA! El responsable detrás de esto!!!#NavarroEnC5N #NavarroEnC5N pic.twitter.com/dBqJtuBDMf— @shorshnogueira (@shorshnogueira) 28 de marzo de 2016
El Neoliberalismo es la expresión de un egoísta odio colectivo al semejante, que atraviesa todas las clases sociales y que cristaliza hoy en Macri, pero mañana en cualquiera. No está en la punta de la pirámide el problema: eso es un espejismo.
El problema está en la sólida base cloacal que empodera a esas élites que así llegan a la cúspide política de la pirámide.
Hay que inaugurar nuevos terrenos en la Sociología. Hoy todo ha virado. La cultura humana, a pesar de estar disfrazada de progreso por el impacto pirotécnico de la tecnología, transfiere prácticas y valores brutalmente darwinistas e inhumanos, propios del cerebro de un primate en evolución recién llegado a las cavernas.
Y esa cultura fétida es lo que en realidad sostiene las políticas neoliberales de exclusión y pobreza que practican hoy Macri, y mañana probablemente Vidal. Ellos son los oportunos títeres movidos por el odio colectivo, que aprovechan la redada para sacar tajada de la situación.
Lucrecia Arremolina
#BuenDomingo DISTURBIOS EN EL ABASTODURÁNBARBA
EXTRANJERO QUE RECOMIENDA EL ODIO E/ARGENTINOS
¿QUIÉN LE PAGA? pic.twitter.com/fiwBN2qNU4— Pame mar (@pamemar1) 28 de agosto de 2016
PUBLICADO EN LANUEVACOMUNA.COM