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OPINION: #LULA NO DEBE ENTREGARSE por LA BATALLA CULTURAL

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Por Editor

OPINION: #LULA NO DEBE ENTREGARSE por LA BATALLA CULTURAL



Lula, tenés que resistir.

Vamos directo al grano: Lula no debe entregarse. A Lula solo le cabe aguantar, resistir y luchar, aunque eso haga estallar todo el sistema. Si acá tiene que saltar la liebre y pasar a la etapa de definición —que no va a ser suave, digamos—, entonces hay que pasar a esa etapa, porque hemos llegado al límite.

Los que sostienen que Lula debe entregarse a la “justicia” se basan en una premisa falsa: la de que el Poder Judicial es un árbitro independiente en la sociedad. Pero eso no es así y el Poder Judicial funciona como un partido, es el Partido Judicial y es una de fracciones del partido fundamental de las clases dominantes. Por lo tanto, entregarse es entregarse al enemigo y esa no es una opción.

Si el juez Moro es tan valiente como para firmar sentencias en lo alfombrado de su despacho, debe ser igual de valiente para ir a buscar a Lula al Sindicato de los Obreros Metalúrgicos, que es donde Lula está resistiendo. Y aquí se termina la fantasía jurídica, porque una cosa es decir desde Curitiba: “Lula a la cárcel”. Y otra muy distinta es ejecutar eso. ¿Cómo tendría que hacer el Partido Judicial? ¿Involucrar a las fuerzas armadas? ¿Llamar a los marines de Estados Unidos, que lo están esperando?

La legalidad no es una cuestión de justicia, es una cuestión de poder. Luther King, Gandhi y Mandela no tuvieron poder y fueron apresados por el enemigo poderoso. Y acá los pueblos tenemos que recuperar el poder para meter en cana al juez Moro y a todos sus cómplices por traición a la patria.

Lula es Lula porque se las sabe todas. No se llega a ser Lula siendo un tonto o un mediocre, para llegar a ser Lula hay que ser mínimamente genial. Y Lula es, como Néstor y Hugo, genial.

Cuando la Corte Suprema empezó a cocinar las condiciones para que el juez Moro pudiera ordenar su arresto, Lula fue a refugiarse en el Sindicato de Obreros Metalúrgicos de São Bernardo do Campo.

Fue allí, en pleno corazón de la industria de Brasil, donde Lula empezó a militar. Fue líder del sindicato y de allí pasó a la política. Fue allí, el 19 de abril de 1980, donde Lula fue arrestado por la dictadura y el sindicato intervenido.

El sindicato es un símbolo del desarrollo industrial de Brasil que la oligarquía cipaya siempre quiso destruir. Lula es el símbolo de los obreros metalúrgicos y de los obreros en general, que hacen de Brasil un gigante. Sí, porque la riqueza de Brasil la construyen esos trabajadores con su trabajo, no el juez Moro ni ningún leguleyo con sus chicanas y sentencias delirantes.

Estamos viviendo horas decisivas: de un lado está el imperialismo y sus personeros locales, que son los medios de difusión, el partido judicial y el milicaje cipayo. De otra parte, estamos los pueblos con las manos sucias, sí, pero de trabajo. Ellos hablan de “institucionalidad” y tienen las manos sucias de sangre; nosotros hablamos de igualdad y siempre hemos puesto esa sangre.

Lula, tenés que resistir.

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