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OPINION: «LAS DEMOCRACIAS NECESITAN INSTITUCIONES FUERTES» por RAUL MARTINEZ

«Respetar a las Instituciones nos invita a reflexionar analizándolas»
Un análisis social que pone en suspenso las destrezas y la conciencia de los actores
para considerar las instituciones como reglas y recursos reproducidos, define de alguna
manera una intención de la institución. Creo que debemos ser cuidadosos con el
sistema institucional y con la sociedad en general. Parecen términos inocentes y acaso
sean indispensables si se los utiliza con los debidos recaudos.
Sociedad aparece como un sistema unido y una determinada asociación social
donde las instituciones juegan un papel preponderante. En ellos aparece el ser
humano como agente cuyas acciones obedecen a razones. Los actores no solo
registran de continuo sus actividades y esperan que otros por su parte, hagan lo
mismo, también registran por rutina aspectos sociales y físicos de los contextos en los
que se mueven.
Aparecen aptitudes de actores para poner en cada acción decisiones preferidas por
ellos por un lado y la movilización de influencia inherente a instituciones por otro. En
el orden institucional la significación aparece como modo de discurso o determinado
orden simbólico, la política y la economía de autorización, como asignación de
recursos son de domino teórico y las instituciones jurídicas de regulación normativa.
Es importante considerar o comprender que, en decir, «normal» no equivale a
decir «perfecto», se podría demostrar que el decir normal puede ser imperfecto. Por lo
general en instituciones la distribución de encuentros en su interior presenta un vivo
contraste con los sectores de la vida social en que la regulación de normativas de la
actividad es un poco laxa. La institución es contenedora de poder y una determinada
disciplina es un medio de generar poder, pero depende, sin embargo del acatamiento
continuo o no de quienes son sus súbditos.
Foucault manifestaba que un espacio disciplinario, no derivaba en primer lugar de
la asociación de una organización con un sector de territorio, sino la administración
de un espacio. Lo que importa no es una parte determinada del edificio, sino su forma
relacional en general.
Durkheim, decía que las sociedades humanas o sistemas sociales, no existirían sin
un obrar humano, pero no ocurre que los actores creen sistemas sociales, ellos los
reproducen o los transforman recreando lo ya creado en la continuidad. La sociedad es
no externa a los actores individuales en el mismo sentido en que el medio circundante
es externo a ellos.
Si intento de alguna manera infringir las reglas del derecho, ellas reaccionan contra
el sujeto de alguna manera de impedir el acto si todavía es tiempo, o de anularlo
y restablecerlo bajo su forma normal si es un acto consumado y reparable o de
hacérmelo expiar si no puede ser reparado de otro modo.
Giddens, denominaba asociaciones y organizaciones como dos principales tipos
de colectividades y los separaba de los movimientos sociales. Las funciones sociales
se han ido diferenciando bajo la presión de la competencia. Mientras se diferencien,
serán mayores las funciones y por lo tanto, mayor el número de personas de las que
el individuo depende en todas sus acciones. A medida que las personas deban ajustar
su conducta a la de otras, la tela de las acciones se organizan de manera cada vez con
mayor precisión y ser estricta.
Las democracias necesitan de instituciones fuertes que son pilares de sustento
para toda sociedad. Con sus determinadas lógicas y con actores necesariamente
transformadores para mejorar el capital social y cultural. Las autonomías relativas de
las mismas son importantes en las decisiones de gestión en cada contexto donde el
tiempo, el espacio como las circunstancias marcan el camino a seguir.
Raul Oscar Martìnez

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