
Sólo queda la timba
En el cafetín de Buenos Aires, aprendí FILOSOFIA, TIMBA y POESÍA … El tango era
hasta premonitorio. Hoy predomina la TIMBA.
La timba de adivinar cuando nos la van a dar los delincuentes que pueden llevarse
lo nuestro. Desde lo simplemente material hasta lo más sagrado, que es nuestra
propia vida. Pero no nos alteremos, pues los que deben cuidarnos seguirán usando
su lengua para oralizar estupidez tras estupidez. Y les guste o no; la realidad mostrará
que en plena democracia, mucha gente seguirá desapareciendo en su existencia
vital merced a un tiro o puñalada de algún deleznable sujeto que anda suelto; vaya
saberse por qué extraña razón de la sin razón.
La timba de conocer el día en que algún corrupto de guante blanco, manchado con
fetideces, esté preso efectivamente.
La filosofía perdida del respeto al otro. Se me ocurre preguntar: ¿cómo ejemplarizo el
sentido del RESPETO en los que están creciendo?.
¿Será a partir del Senador Aníbal Fernández que públicamente y en reiteradas
oportunidades llama vago, inhábil e inútil a un jefe de gobierno?. ¿Será a partir de la
procacidad y desfachatez de un tal Moreno, que llama PATAS SUCIAS y PELOTU …
a integrantes de una comunidad?.
También acunamos la POESÍA de la soberbia, dónde lo único válido es nuestro
discurso; permanente, simplista, demagógico e ideologizado a ultranza sin saber que
ideología alcanza.
La timba apuesta todo a ganador, haya que pisar a quien quiera que sea.
La filosofía se diluye, la poesía se derrumba y por lo tanto la mentira se ensalza en la
timba de cada instante, de cada día, de cada perorata televisada, vista y escuchada.
Timba de la vida «PARA TODOS»; mientras en nuestra generosa patria, LA VERDAD
PASA A LA CLANDESTINIDAD.
Todos somos culpables; antes y ahora; por acción u omisión. El que calla otorga y
se transforma en cómplice y mercenario de la revuelta vital y existencial. En lugar del
DEBATE PROFUNDO se ha optado por el auditorio BABOSO y COMPLACIENTE.
En lugar de la contemplación y contención, se eligió el camino del agravio, de la
descalificación, del patoterismo y de la «APLANADORA».
Y mientras divagamos en liviandades, muchos extranjeros y de los propios también,
se adueñan delincuencialmente de diversas zonas geográficas del país. Otros,
exigen lo que no pueden hacer y obtener en sus propios países. En tanto la timba
decide sobre la supervivencia de los ciudadanos, que viven mirando hacia los
costados, poniendo rejas y alarmas, preocupándose por sus afectos, mientras el
tema SEGURIDAD ocupa un pobrísimo lugar o ninguno en los discursos de los
popes, «popas» y mal educados que se empeñan en agraviar a los que opinan
diferente.
Dijo Mohandas Ghandi: «NUNCA HAY QUE PACTAR CON EL ERROR AUNQUE
PAREZCA SOSTENIDO POR TEXTOS SAGRADOS».
Estimados lectores: si Uds. creen en la honestidad, la moral y los principios, sepan
disculparse a tiempo por ser tamaños pecadores; pues la patria pareciera no necesitar
valores sino patoterismo.
GUILLERMO STURLA