La provincia de Buenos Aires se prepara para una elección donde solo estarán en juego cargos provinciales y municipales. Algo inédito. Aunque contará con protagonistas de peso nacional, el próximo 7 de septiembre se desarrollará un comicio en el que las fuerzas políticas deberán adaptar su estrategia a cada una de las ocho secciones electorales. Ocho regiones, ocho batallas.
Pese a que la política nacional volcará todos sus esfuerzos sobre una provincia que representa el 38% del padrón electoral, esta vez no habrá una boleta nacional que impulse las candidaturas locales. Buenos Aires renovará la mitad de su Legislatura (46 bancas de Diputados y 23 de Senadores), y el desempeño de cada fuerza dependerá de cómo administre sus recursos en cada sección.
Esta dinámica atraviesa a todas las agrupaciones. Algunos sectores intentarán sellar alianzas para arrebatar bancas a sus rivales, mientras otros buscarán evitar rupturas internas que los debiliten. Las divisiones en el peronismo y en la UCR, así como las tensiones entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA), serán claves para entender cada disputa regional.
El conurbano, la madre de todas las batallas
La Primera y la Tercera secciones concentran el grueso de la pulseada electoral. Cada una suma unos 5 millones de electores —sobre un total provincial que supera los 14 millones—, y allí los principales espacios jugarán sus cartas más fuertes.
En la Primera, se elegirán ocho senadores: cuatro bancas actualmente son del peronismo, dos del PRO, una de LLA y otra de Joaquín de la Torre, hoy distanciado de los libertarios. En tanto, en la Tercera, se renovarán 18 bancas de Diputados: ocho pertenecen al peronismo, dos al PRO, dos a LLA, dos al Frente de Izquierda, dos a la UCR, una a la Coalición Cívica y una a los «libertarios blue» del bloque Unión Renovación y Fe.
La posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner encabece la boleta de la Tercera sección obliga a las demás fuerzas a presentar sus mejores figuras. Algo similar sucede en la Primera, donde suenan nombres como Sergio Massa, Malena Galmarini y Gabriel Katopodis. También aparecen como aspirantes Diego Santilli (PRO libertario), Sebastián Pareja (LLA) y el exintendente Néstor Grindetti.
Para enfrentar a un peronismo unido, el PRO y LLA necesitan confluir, aunque aún en ese escenario, el triunfo no estaría garantizado. Los antecedentes de 2023 son ilustrativos: en la Primera, Unión por la Patria obtuvo el 44% de los votos, Juntos por el Cambio el 26% y LLA el 24%. De repetirse números similares, una alianza opositora podría llegar al 50% y alzarse con la victoria.
En la Tercera, en cambio, el peronismo logró el 51% en 2023. Allí, aun sumando todas las fuerzas opositoras, el escenario sería adverso. La única chance sería que el peronismo se fracture, presentando una lista cristinista y otra referenciada en Axel Kicillof.
Además, habrá que observar qué papel juegan las terceras vías. El piso electoral para conseguir legisladores es de 5,5% en la Tercera y de 12,5% en la Primera, lo que podría propiciar una dispersión de listas. Sin embargo, parece poco probable que el peronismo arriesgue dividiéndose: una derrota ante los libertarios en su bastión histórico sería un golpe difícil de reparar.
Segunda sección electoral
En el norte provincial, se elegirán representantes para 11 bancas de Diputados. El peronismo posee cuatro (Naldo Brunelli, Fernanda Díaz, Carlos Puglielli y Lucía Klug), el PRO tres (Fernanda Antonijevich, Paula Bustos y Matías Ranzini, actual jefe de bloque) y el radicalismo dos bancas, divididas entre Viviana Dirolli y Julio Pasqualin por un lado, y Claudio Rossi y Belén Malaisi por otro.
La influencia kirchnerista sigue presente, de la mano del senador Sergio Berni y de Cecilia Comercio, dirigente de La Cámpora en San Nicolás. Desde el lado del kicillofismo, también participan intendentes como Ricardo Alessandro (Salto) y Cecilio Salazar (San Pedro).
El ritondismo, a través de Ranzini y el intendente Marcelo Matzkin (Zárate), apuesta a consolidar el armado PRO. También tiene peso la familia Passaglia en San Nicolás, que aunque responde al PRO, actúa con autonomía.
Una posible alianza entre el PRO y LLA, que obtuvo 28 puntos en 2023 y logró un senador, podría modificar el escenario.
Cuarta sección
La Cuarta renovará siete bancas senatoriales: tres son del peronismo (alineados con CFK), dos del radicalismo, una del peronismo federal y una del PRO. LLA no pone bancas en juego, pero ya logró en 2023 ingresar cuatro diputados provinciales.
Ese año, la división entre libertarios y el PRO permitió que el peronismo se alzara con la victoria: 37,7% UP, 36,2% JxC y 25,9% LLA.
Un acuerdo entre el PRO y LLA podría asegurar un triunfo, aunque persisten resistencias. En esta región, prefieren reforzar la alianza histórica con el radicalismo, privilegiando el poder territorial y desconfiando de los armados libertarios locales.
El peronismo controla diez intendencias, pero si no mantiene la unidad, su competitividad se verá seriamente comprometida.
Quinta sección
En la región costera se renuevan cinco bancas de senadores: dos del peronismo, dos de la UCR y una del PRO. Pablo Obeid (La Cámpora) y Gabriela Demaría (alineada con Juan Pablo de Jesús) representan al peronismo. Entre los radicales, Ariel Martínez Bordaisco y Flavia Delmonte responden a Maximiliano Abad, mientras que el PRO tiene como referente a Alejandro Rabinovich, hombre del intendente Guillermo Montenegro.
El predominio cristinista —encarnado en Fernanda Raverta— podría verse desafiado por sectores kicillofistas como Gustavo Barrera (Villa Gesell) y Gustavo Pulti. El peronismo necesita una síntesis para conservar sus lugares.
La UCR arriesga sus dos bancas y deberá decidir si permanece aliada al PRO, aun sabiendo que en esta sección podría avanzar un acuerdo con LLA. La fuerza libertaria aspira a capturar un escaño y desplazar a los radicales.
El PRO tiene bajo control dos intendencias, incluida Mar del Plata, el distrito más importante.
Sexta sección
La Sexta pone en juego 11 bancas de diputados. En 2021, JxC ganó siete de ellas con más del 52% de los votos, mientras que el peronismo obtuvo cuatro con el 28%.
Hoy, tras la fragmentación de Juntos, esas bancas están repartidas entre PRO, LLA, UCR y Acuerdo Cívico. En 2023, entre JxC y los libertarios sumaron más del 60%, mientras que el peronismo creció al 32,6%. Si repite ese desempeño, podría sostener sus cuatro bancas.
La clave será el reordenamiento de las fuerzas opositoras: si hay unidad, el peronismo tendrá pocas chances.
Séptima sección
Aquí se renuevan tres bancas senatoriales. El radicalismo hoy posee dos, mientras el peronismo retiene una. Dado que el piso para conseguir un escaño es del 33,3%, los resultados suelen concentrarse en pocas manos.
En 2021, el peronismo alcanzó esa barrera por apenas 500 votos, logrando así que Eduardo Bucca llegara al Senado.
En 2025, el desafío para el peronismo será mayor: mantener esa banca requerirá un esfuerzo extra.
Con información de Letra P
Publicado en lanuevacomuna.com