El Estado no debe interferir… salvo cuando Clarín lo exige: el gobierno de Milei pone bajo la lupa la adquisición de Telefónica tras la filtración de una entrevista incómoda.
El presidente Javier Milei y su administración siguen sorprendiendo con su doble estándar. Mientras reiteran que “el Estado no debe intervenir en el mercado”, esta vez lo hacen a través de un comunicado oficial sobre la venta de Telefónica Argentina a Telecom, empresa bajo el control del Grupo Clarín.
La operación por u$s1.245 millones no solo fortalece el dominio de Héctor Magnetto en el sector de telecomunicaciones, sino que también revela una posible maniobra política de fondo: ¿la intervención responde a una genuina preocupación por la libre competencia o simplemente Clarín está marcando las reglas del juego?
Apenas unos días antes, el periodista Jonatan Viale entrevistó a Milei en TN, pero “se filtraron” imágenes del detrás de escena, donde quedaba en evidencia cómo le sugerían preguntas y editaban sus respuestas sobre el escándalo de la estafa con criptomonedas.
Esto desató especulaciones sobre una posible presión del grupo mediático para influir en el gobierno. Y ahora, casi como si fuera una respuesta a esa presión, se aprueba una transacción que otorga a Clarín el control del 70% del mercado de telecomunicaciones en Argentina.
Un comunicado que desafía el discurso libertario
Desde la Oficina del Presidente se emitió un mensaje que resulta, como mínimo, llamativo. No solo porque Milei repite hasta el cansancio que el Estado no debe intervenir, sino porque lo hace en una operación que, casualmente, favorece a su “aliado” mediático.
En el comunicado, el gobierno señala que “dará intervención al ENACOM y a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) para evaluar si esta operación no constituye la formación de un monopolio”.
Es decir, luego de meses insistiendo en que el mercado debe autorregularse, cuando el beneficiario es el Grupo Clarín, el gobierno cambia de postura y decide “analizar” si hay monopolio. Si esto no es una contradicción, ¿qué lo sería?
Pero la historia no termina ahí. El mismo comunicado advierte que “esta adquisición podría dejar aproximadamente el 70% de los servicios de telecomunicaciones en manos de un solo grupo económico, lo que generaría un monopolio formado gracias a décadas de beneficios estatales que recibió dicha empresa”. Además, agrega que “de ser así, el Estado Nacional tomará todas las medidas pertinentes para evitarlo”.
¿Recién ahora se dan cuenta de que Clarín recibió beneficios estatales durante años? ¿O lo descubrieron después de una filtración incómoda?
Del conflicto por el ‘Triple Play’ al control total de Clarín
Esta situación recuerda inevitablemente el enfrentamiento entre el Grupo Clarín y el gobierno de Cristina Kirchner en la disputa por el ‘Triple Play’, cuando se discutía si una sola empresa podía concentrar servicios de telefonía, internet y televisión. En aquel entonces, el Estado intentó limitar la expansión del monopolio mediático.
Sin embargo, en la Argentina de Milei, la historia es diferente: Clarín ya no solo busca controlar el Triple Play (algo que logró durante el gobierno de Mauricio Macri), sino que ahora va por el dominio total del sector de telecomunicaciones.
Cabe recordar que en diversas conferencias económicas, Milei defendió la existencia de monopolios.
“Les diría que los monopolios pueden ser maravillosos si son la consecuencia de una competencia en la que solo quedó uno. Y si no les gusta que haya uno solo, no se enojen con el que quedó, enójense con los que no están” afirmaba.
Ahora, en una curiosa paradoja, recurre a herramientas intervencionistas del Estado en una disputa que recuerda los años de enfrentamiento entre los Kirchner y el Grupo Clarín.
Y el gobierno, que prometió terminar con los privilegios de los “empresaurios”, no solo permite esta concentración, sino que además parece responder a la presión de Magnetto.
Lo más interesante es que, si la filtración de la entrevista de Viale fue un intento de condicionamiento por parte de Clarín, la reacción del gobierno podría ser apenas el primer episodio de un conflicto mayor.
En definitiva, el mensaje es claro: cuando el mercado se regula solo, Milei aplaude. Pero cuando Clarín aprieta, el gobierno cede.
Con información de Infocielo
Publicado en lanuevacomuna.com