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LA ERA MILEI

Milei en Expoagro: Apología de la violencia y un modelo de represión en ascenso

El presidente Javier Milei visitó la Expoagro en San Nicolás, un evento clave para el sector agroindustrial, pero lejos de centrarse en la economía o la producción, utilizó el escenario para justificar la brutal represión policial en la última jornada de protestas frente al Congreso. Con un tono desafiante y un claro marco ideológico, Milei defendió el accionar de las fuerzas de seguridad, relativizó la violencia estatal y amenazó con profundizar la estrategia represiva.

Acompañado por el diputado José Luis Espert, quien el día de la feroz represión publicó en redes sociales un mensaje de tinte explícitamente violento con la frase «BALAS PARA TODOS», el mandatario aprovechó la exposición como un acto de campaña, en medio de una Argentina sumida en la emergencia económica, social y sanitaria.

Entre sus frases más polémicas, Milei afirmó:
🔹 “Esos que patalean en las protestas es porque se quedaron sin algún curro”, deslegitimando cualquier tipo de reclamo social.
🔹 “Los buenos son los de azul y los de cara tapada son unos hijos de puta que tienen que estar presos”, en un mensaje que estigmatiza la protesta como delito y profundiza la criminalización de la disidencia.
🔹 También agradeció públicamente a Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, por el operativo represivo.

Un modelo de gobierno con la represión como eje
El saldo de la brutal represión policial dejó decenas de heridos, algunos de gravedad, entre ellos el fotógrafo Pablo Grillo, quien se encuentra debatiéndose entre la vida y la muerte tras ser alcanzado por la violencia estatal. Sin embargo, lejos de mostrar preocupación por las víctimas, Milei y su equipo redoblan la apuesta, exaltando el rol de las fuerzas de seguridad como un brazo armado del poder.

El modelo que busca consolidar Milei se alinea con estrategias de gobierno de corte autoritario, donde el Estado no solo restringe el derecho a la protesta, sino que la combate con fuerza letal, en una línea discursiva cada vez más cercana al fascismo. La ministra Patricia Bullrich encarna este brazo represivo, con una doctrina que naturaliza la violencia institucional y que cuenta con el respaldo del presidente.

Mientras el país atraviesa una de las crisis más profundas de las últimas décadas, con aumento del desempleo, recortes en áreas sensibles y una inflación descontrolada, el gobierno responde con amenazas y represión, sin mostrar capacidad de gestión más allá del uso de la fuerza. La pregunta que queda es hasta dónde está dispuesto a llegar este gobierno para sostener su relato, y qué costo pagará la sociedad por ello.

La Nueva Comuna

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