Seguimos veraneando solo que hace 100 años y un poquito….
Los Bañeros (hoy Guardavidas) “Los antiguos turistas recuerdan que cuando en la playa no había bañeros, los marineros de la entonces Prefectura General Marítima, en su mayoría de raza negra hacían las veces de guardavidas. En innumerables ocasiones, los marineros dejaban sus armas, gorras y zapatos en la arena para introducirse en el mar y salvar a un bañista temera-rio”. 1.-Revista Todo es Historia-N°391-Pag.18. “A la hora del almuerzo los comedores de los grandes hoteles se llenaban de mujeres vestidas con costosos modelos de París” 2.-Revista Todo es Historia-N°391-Pag.18
El rito del baño y las túnicas: “La decencia de la hora del baño exigía la ‘capa carpa’, que no debía ser desprendida bajo ningún pretexto así vinieran degollando. “¡Tesoros enterrados! Solía exclamar Don Benito Villanueva cuando observaba a los bañistas camino al agua. A cierta distancia de la orilla, el bañero, con sorpresivo tirón de torero español les despojaba las capas, presentando las bañistas el franco aspecto de monumentos recién inaugurados. Las bañistas rápidamente se encogían acaracoladas como muñecas de cajas de sorpresa y se introducían en las aguas” .3Benjamín Solari-Parravicini-Diario La Nación del 21 de febrero de 1896
Un artículo periodístico de 1896, refiriéndose a Quequén, decía lo siguiente:
“La animación de este balneario no decae todavía, lejos de esto se ha reanimado con la temperatura primaveral de los últimos días […] El tiempo es magnifico, tranquilo y el mar es sereno como el agua […] Todo el mundo se baña dos veces por día. A llegado la familia del SR. Julio Victoria y Sra. […] La elegancia porteña está dig-namente representada, pero no se incurren esos extremos de lujo que acaban por hacer molesta la vida de playa, y no permiten estar como en familia
El bronceado no estaba bien visto e incluso las madres trataban que sus hijas no fueran a la playa para que los sábados llegaran a estar bien pálidas para recibir a sus maridos y novios que llegaban en ferrocarril.
Las sillas de mimbre: Estas se siguen usando a casi un siglo de su aparición en estas costas. De excelente diseño, duración, peso y escaso mantenimiento, a diferencia de otras sillas famosas se ignora el nombre de sus diseñadores, o si sucesivos creadores-hacedores la fueron perfeccionando.
Las casillas de madera:
Eran el paso intermedio entre la entrada al balneario y las carpas. En ellas los bañistas cambiaban su ropa de calle, esto significaba despojarse de los trajes, corbatas, cuellos duros, sombreros, polainas y todo lo demás en los varones y en las mujeres, quitarse desde las amplias polleras, ca-pellinas, medias, camisas con volados. Ambos sexos , por separado, a ponerse la malla que cubría casi todo el cuerpo y ponerse la capa-carpa para sacarse en la carpa la capa y aparecer desfachatadamente impune con la malla que mostraba mínimas partes de la piel.
HISTORIA DE MI PUEBLO QUEQUEN NECOCHEA
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