
Por Juan Garff | LA NACION
Hacía varios años que el Festival de Necochea venía alicaído. Allí donde brillaron María Elena Walsh y Leda Valladares, Javier Villafañe, el grupo La Galera Encantada y Luis María Pescetti en su retorno a la Argentina, se estaba reuniendo de manera improvisada obras de calidad muy dispar, a las que no se les ofrecía por otra parte condiciones adecuadas para su representación.
Junto a La Pipetuá forma parte de la programación el grupo Duggandanza, con su espectáculo A todo vapor, dirigido por Teresa Duggan, que recorre fragmentos de Mozart, Strauss, Bizet y Tchaikovsky en un viaje coreográfico-teatral. Los títeres del programa Chikuchis, creados por Silvina Reinaudi, traen su propia obra, ¿Qué se te perdió, Chikuchi?, en el que la búsqueda de una caja perdida es la excusa para desarrollar una historia para los más chicos. Los conductores Sol Canesa y Emiliano Larea se presentan a su vez en Gran feria de variedades como Juan Laguna Sinpatos y Frida, dos artistas itinerantes a los que no todo les sale bien.
El aporte del interior estará a cargo del elenco titiritero rosarino La Hormiga, con La historia del gigante, sobre la amistad de dos seres muy dispares, del grupo santafecino La Gorda Azul, con Odisea de tres en triciclo, una recreación de los relatos homéricos, así como de la compañía mendocina La Marabunta Teatro, con su espectáculo La interminable batalla contra el Dr. Me Aburro. Los tres grupos teatrales tienen una sólida trayectoria de más de una década, con frecuentes participaciones en festivales regionales y nacionales. Cinco elencos necochenses, principalmente de impronta circense, constituyen la pata local de la programación.
Una kermesse tematizada en torno a la serie La asombrosa excursión de Zamba propone juegos que recrean las aventuras del personaje en sus viajes por la historia argentina. Los capítulos de la serie también serán proyectados. Y habrá un espacio para que los chicos graben y dibujen sus sueños.
No será un festival a gran escala, pero promete intensidad teatral y humor, dentro de un espectro variado de géneros escénicos. No es una muestra del quehacer teatral dedicado a los niños en todo lo largo y ancho del país, pero trae un poco de aquí y otro tanto de más allá. Hay algo de promoción del canal televisivo, pero va más allá de la grilla de su programación propia. Tal vez pueda ser un comienzo de una nueva etapa, que rescate al Festival de Necochea, para que no termine escurriéndose como el agua en la arena..