A pocos días de que la Justicia le dictara prisión domiciliaria a la expresidenta, el diputado nacional Máximo Kirchner reflexionó sobre el impacto político de esa medida y advirtió: “La sociedad, con su movilización, está invitando a los dirigentes a parecerse más a Cristina”. También expresó su preocupación ante la posibilidad de una crisis como la del 2001: “Ojalá reaccionemos antes de llegar a ese extremo”.
Desde la casa de su madre, ubicada en San José 1111 —convertida ahora en un símbolo de resistencia para el peronismo—, el líder de La Cámpora compartió una mirada crítica sobre el presente y el futuro del espacio político. Sin confirmar su candidatura, se mostró escéptico frente a una estrategia meramente opositora: “Conformar solamente un frente anti Milei no nos va a servir de mucho”, aseguró.
Kirchner advirtió que el acuerdo con el FMI debe ser un punto central de debate para cualquier alianza que busque una alternativa al gobierno actual: “Hay que replantear el vínculo con el Fondo y pensar una salida ordenada del endeudamiento”. En ese sentido, recordó que fue en Parque Lezama donde Milei alentó a sus seguidores con un mensaje directo a los jueces mientras pedían cárcel para Cristina. “La verdadera casta, la del poder económico, es la que fue contra la expresidenta”, sostuvo.
El diputado también destacó el acompañamiento popular tras el fallo: “La sociedad está diciendo con su movilización que quiere dirigentes que se le parezcan a Cristina, no a De la Rúa, ni a Macri, ni a tantos otros que le hicieron daño al pueblo”.
Respecto al rol del peronismo en este contexto, Máximo criticó a quienes reducen el debate político a cuestiones personales y llamó a discutir ideas de fondo: “No se trata solo de llegar a la Casa Rosada, sino de gobernar con sentido histórico y dejar un país mejor, como lo hizo Cristina”.
En relación al endeudamiento, cuestionó los mecanismos actuales de administración: “Hace dos años que no hay presupuesto, y se gobierna con decretos. Tenemos la responsabilidad de acordar cinco o diez puntos básicos que nos comprometan a todos, más allá del color político”. Y remató con una ironía: “El verdadero problema no es el dedo de Cristina, sino el de Kristalina Georgieva”.
Consultado sobre la CGT, lamentó la ausencia de sus principales dirigentes en las movilizaciones de apoyo a Cristina, pero rescató el compromiso de varios gremialistas de base. También se mostró confiado en que habrá sectores dispuestos a construir consensos: “Me acostumbré a no generar falsas expectativas, pero tengo esperanza en muchos compañeros y compañeras que están a la altura del momento”.
Sobre el escenario económico, apuntó contra la desigualdad: “Nos quieren vender equilibrio fiscal mientras hay cada vez más gente en situación de calle. Si el país fuera como una casa, como dicen, que sea con reglas parejas para todos”.
En cuanto al accionar del gobierno, cuestionó el uso político de las fuerzas de seguridad y la actitud represiva de Patricia Bullrich: “Hay una parte de las fuerzas que se siente incómoda. Las están empujando al desprestigio social”.
Para cerrar, se refirió al impacto humano de la condena sobre su madre: “Cristina no es un personaje de ficción, es una mujer de carne y hueso. Resiste porque tiene convicciones, pero claro que esto le afecta. Lo que no pudieron quebrar es su voluntad ni el cariño de la gente”.
Con información de Página 12
Publicado en lanuevacomuna.com