El ministro de Economía evita pronunciar sus intenciones para el año próximo. Esquiva el debate por las PASO y solamente habla de los problemas que intenta resolver su gestión. Quiere construir credibilidad y apela a que sus posibles logros en la cartera lo terminen ubicando como el mejor candidato posible en 2023.
El ministro de Economía, Agricultura, Ganadería y Pesca tiene el destino del Frente de Todos en sus manos. Sergio Massa aceptó la responsabilidad de conducir la política económica de manera integral con la promesa de los actores de la coalición de respetar sus decisiones. Con tres meses de gestión en el lomo, consiguió anotarse algunos logros. Pero la principal batalla aún no tiene resolución.
Massa consiguió reuniones importantes en Estados Unidos en dos giras al país del Norte. Tuvo el aval del FMI y la aprobación de las metas del plan económico para refinanciar la deuda. Elaboró tipos de cambio específicos para el agro y para el sector tecnológico que permitieron una cosecha abultada de dólares para robustecer las reservas. Armó un esquema segmentado de tarifas para reducir subsidios que aún no mostró resultados, pero al menos pudo meterse en un terreno lleno de espinas para estrechar el déficit fiscal. Hace pocos días consiguió la aprobación del nuevo Presupuesto para el 2023. Los índices mensuales de inflación muestran decrecimiento, muy leve, de a medio punto, y algunos hacen cálculos más optimistas para marzo del año que viene. Volvió a modificar el piso de Ganancias y elaboró un programa de Precios Fijos donde pudo mostrar buen diálogo con las empresas que fijan precios; por no mencionar todas las decisiones que tomó su cartera desde que asumió.
El correlato de su gestión tendrá evaluación final dentro de algunos meses. El objetivo de fondo es conseguir que mejore el poder adquisitivo del salario. No hay sueño reeleccionista posible sin esa línea de llegada.
En el medio, empieza a sentir presiones desde las dos tenazas que tiene el Frente de Todos. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó una dura crítica por el nuevo aumento de las prepagas, que llegará a un interanual de casi el 114%. Antes, había lanzado dardos sobre el incremento del índice de pobreza e indigencia.
En la disputa de los ingresos, Massa parece estar en la misma vereda que Cristina. Ambos prefieren consensuar con los gremios sumas fijas para fin de año. Allí aparece un foco de conflicto en la coalición, porque el presidente Alberto Fernández alienta la reapertura de paritarias. Sabe Massa que eso puede ser un bumerang inflacionario. Por ejemplo, Camioneros presionó fuerte y consiguió un acuerdo del 107%. El líder del Frente Renovador hace malabares para que esos montos no se traduzcan en nuevos aumentos de precios.
El ministro tiene de su lado una fuerte estructura de comunicación, potenciada por su recorrido y por el vínculo que ha construido en años y gestiones con buena parte del ecosistema mediático. Algo similar ocurre con el mundo empresario. A ellos les prometió que sus intenciones no son las de ser candidato a Presidente en 2023.
Pero Massa siempre aparece en la lista de presidenciables, aunque en los últimos tiempos trabaje para invisibilizar su posible postulación. Es una estrategia para construir credibilidad, echar por tierra que lo rotulen de especulador, y sobretodo esperar un operativo clamor empresarial y político.
¿Quién no pedirá por Massa en 2023 si su gestión es exitosa? Alberto Fernández lo sabe, y Cristina también, por eso en el oficialismo creció en las últimas horas nuevamente el debate por sostener o no las PASO. Lo más grave de esa discusión es que la coalición no tiene definido como decidir sus candidaturas, más allá de que se sostenga esa herramienta electoral. Y pone de manifiesto que aunque la gestión de Economía sea un éxito, mucho dependerá de cuánto se pueda desordenar a la oposición.
El líder del Frente Renovador evita opinar sobre el tema. Evita decir si le interesa ser candidato. Evita meterse de nuevo en el frío que existe entre el Presidente y la Vice. Y apela a algo que sabe, hacer su trabajo, tejer sus vínculos, e interpretar de la mejor manera la coyuntura política del año próximo. Nada será posible para nadie si se profundiza el fracaso económico.
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Publicado en lanuevacomuna.com