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SOBERANIA

Malvinas y su historia bonaerense: un reclamo que sigue vigente

Por Juan Augusto Rattenbach

Malvinas siempre genera emociones intensas: la euforia de pisar las islas y, al instante, el dolor de la pérdida. Pero más allá del sentimiento, la historia respalda el reclamo de soberanía, y hay un dato clave que suele pasar desapercibido: en sus orígenes, Malvinas formó parte de la provincia de Buenos Aires.

Cuando Malvinas era bonaerense
Durante la época del Virreinato del Río de la Plata, la jurisdicción de Buenos Aires llegaba hasta Tierra del Fuego e incluía a las Malvinas. Con la Revolución de Mayo y la autonomía de Buenos Aires en 1820, la administración de las islas quedó en manos de la provincia, que ejerció soberanía efectiva con actos jurídicos y administrativos.

En esa época, Malvinas no era un territorio vacío. Allí vivían peones, comerciantes europeos y afroporteños, que celebraban el 25 de mayo y el 9 de julio bajo la bandera argentina. Se creó incluso una comandancia que le otorgó mayor estatus jurídico dentro de la estructura bonaerense.

A fines del siglo XIX, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda, Buenos Aires se fragmentó en territorios nacionales. Así nacieron La Pampa, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Malvinas. Pero hasta ese momento, el archipiélago había sido parte integral de la provincia.

El conflicto con Estados Unidos y la invasión británica
El primer ataque extranjero contra Malvinas no vino de Gran Bretaña, sino de Estados Unidos. En 1831, Luis Vernet, gobernador de las islas bajo la órbita bonaerense, apresó buques estadounidenses por cazar ilegalmente lobos marinos. En represalia, EE.UU. bombardeó Malvinas y destruyó las instalaciones argentinas.

Juan Manuel de Rosas, entonces gobernador de Buenos Aires, exigió una indemnización y terminó expulsando al embajador estadounidense, un hecho inédito en la historia. Poco después, en 1833, el Reino Unido aprovechó la transición política en Buenos Aires y ocupó militarmente las islas. Desde entonces, Argentina sostiene un reclamo que tiene más de 190 años de historia.

Malvinas y la identidad bonaerense
El vínculo entre Buenos Aires y Malvinas sigue vivo. En la guerra de 1982, muchos soldados bonaerenses lucharon en el conflicto. De ahí que en cada ciudad de la provincia haya monumentos y centros de veteranos que recuerdan su sacrificio.

Además, Buenos Aires sigue comprometida con el reclamo. La Ley Gaucho Rivero, sancionada en 2012, prohíbe el amarre en puertos bonaerenses de buques que hayan operado en Malvinas sin autorización argentina. También se han impulsado iniciativas para educar a funcionarios y docentes sobre la soberanía argentina en las islas.

Un reclamo que debe ser política de Estado
La postura argentina sobre Malvinas ha variado con los años, dependiendo de cada gobierno. En los ’90, la estrategia de acercamiento con el Reino Unido fracasó. Luego, se buscó apoyo en América Latina para reforzar el reclamo, pero en los últimos años hubo retrocesos con acuerdos como el Foradori-Duncan y su reciente reedición, el Mondino-Lammy.

Para que el reclamo sea efectivo, debe convertirse en una verdadera política de Estado, más allá de los gobiernos de turno. Malvinas no es solo una causa nacional, sino regional. Sin un fuerte respaldo latinoamericano, Argentina tendrá aún más dificultades para recuperar el ejercicio de soberanía sobre las islas.

El reclamo sigue vigente y la historia es nuestra mejor herramienta para sostenerlo.

Con información de Página 12

Publicado en lanuevacomuna.com

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