“No somos Menem, a mí no me ponen una carpa blanca”
La frase pertenece al presidente. En otra vuelta de tuerca de sus habituales “caprichos”, Macri volvió a demostrar su escasa sensibilidad al ordenar la represión contra un grupo de maestros en la Plaza de los Dos Congresos que pacíficamente y con todos los papeles en regla, armaban una Escuela Itinerante. Pero también su nulo sentido de la oportunidad y su baja autoestima, al comparar su gestión con la del riojano.
Macri ordenó la represión contra los docentes frente al Congreso Nacional. Encaprichado por la labor de los maestros y envalentonado por la Plaza del #1A, el mandatario con esa peculiar frase decidió la feroz represión con palos, golpes y gas pimienta en la noche del domingo.
“No somos Menem, a mi no me ponen una carpa blanca”, dijo. El saldo: maestros y maestras golpeadas, cuatro detenidos y muchos intoxicados con gas pimienta.
El dato fue revelado por la revista Veintitrés, que dialogó con un funcionario de la Ciudad en off the record. Allí, contó que el jefe de Estado temía por una prolongación de la carpa y temía, un poco en broma, un poco en serio, que artistas se acerquen a manifestar su apoyo, tal como ocurrió en la Carpa Blanca durante el menemismo.
El Presidente se comunicó con Larreta primero y luego con su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Más tarde habló con su par porteño, Martín Ocampo, para coordinar el operativo que culminó con palos, gas pimienta y cuatro maestros detenidos.
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