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«MACRI ES CENTRAL, PERO EN 2023 VEREMOS SI ES CON EL O CON OTRO CANDIDATO»

Miguel Ángel Pichetto tiene una tarde movida en sus oficinas del centro porteño, a pocas horas de haberse encontrado con Mauricio Macri una vez más. El compacto despacho está decorado con libros de derecho, recuerdos de la última campaña como la taza con una popular frase de Emilio Monzó y un pequeño cuadro con la boleta que lo llevaba de vicepresidente. “Vuelvo a la profesión”, cuenta el exsenador que representó por varios períodos a Río Negro a Letra P.

 

 

Decidido a formar un partido para integrarse oficialmente a la mesa chica de Juntos por el Cambio, analiza al armado opositor en el proceso que se viene, de igual forma que los primeros días del gobierno nacional. «En el verano se puede hacer cualquier cosa», repite en alusión al plazo de gracia del presidente Alberto Fernández.

Hablará de la disputa territorial entre María Eugenia Vidal y Emilio Monzó, del resurgimiento de la UCR crítica después de cuatro años y de una posible vuelta al Congreso. Llenará de elogios a Horacio Rodríguez Larreta, “alguien muy interesante”. No se olvidará de Axel Kicillof, a quien construyó como su archienemigo.

BIO. Miguel Ángel Pichetto nació en Banfield, el 24 de octubre de 1950. Toda su carrera política la recorrió en el peronismo de Río Negro, al cual representó dos períodos como diputado y tres como senador nacional. Fue candidato a gobernador de la provincia en dos oportunidades, pero chocó contra el aparato radical y el naciente Juntos Somos Río Negro (JSRN). Antes había sido legislador provincial, concejal e intendente de Sierra Grande, ciudad base de la ex empresa Hipasam. En 2019, luego de que fracasara el proyecto del peronismo del medio con un minúsculo grupo de gobernadores y tras el acuerdo de Sergio Massa con el kirchnerismo, aceptó acompañar a Mauricio Macri en la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio.

-¿Cómo lo ve a Macri en esta etapa?

-Está muy bien anímicamente, instalado en sus oficinas de Vicente López. Tuve varios encuentros con él. Lo veo muy prudente, equilibrado, sabiendo que el Gobierno empezó recientemente y que su palabra tiene peso. Hay que saber ser presidente y expresidente. Macri a eso lo hace bien, aunque no significa que desatienda los temas del país.

-¿Es el líder de la oposición?

-En la Argentina el tema del liderazgo es complejo. Reemplazarlo, una vez que se construyó determinada imagen con el volumen electoral de casi el 41%, no es simple. La salida del poder obliga a un mecanismo de participación de todas las fuerzas de la coalición, con una mesa horizontal, donde la palabra de los gobernadores radicales, la de Rodríguez Larreta, al igual que la de la ex gobernadora (Vidal), tienen importancia. Macri es una figura central y negarla es negar la realidad. Sino, no se explicaría el liderazgo de la expresidenta en el Frente de Todos. Después veremos si en 2023 es con él o con otro candidato de mayor potencia.

-¿Le pidió algo en especial en estas reuniones? Se lo ve oficiando casi de vocero.

-Conversamos con mucho respeto y le expreso mis ideas. No niego la importancia que tienen los medios, me parece que son fundamentales para conformar una opinión pública esclarecida. No creo que sea todo redes.

«Yo no dejé de ser peronista, pero no estaba de acuerdo con la visión sesgada, con la figura de la expresidenta. El poder es un tema complejo, el presidente lo tiene que construir. La figura de la vice sigue gravitando.»
-¿Qué piensa de la actitud de la UCR, que parece tomar mayor protagonismo?

-Tienen responsabilidades de gobierno. Los dirigentes más importantes del radicalismo son los gobernadores, o el caso de Alfredo Cornejo, que viene de gobernar Mendoza y está preocupado por su provincia.

-¿Y qué lugar ocupa Rodríguez Larreta?

-Tiene un gran potencial, experiencia y una visión muy práctica. Es dialoguista, a futuro es una figura muy interesante, como Monzó o Vidal. Deben mantener un temple para lograr resiliencia, de aceptar la frustración del fracaso. El poder es un tema complejo, el Presidente lo tiene que construir. La figura de la vice sigue gravitando.

-¿No es trillado hablar de doble comando?

-Yo nunca utilicé esa palabra, ni cuando Néstor Kirchner estaba fuera de la Casa Rosada. Hablo de construcción de poder. Nadie niega que en el peronismo la base de poder está más fuerte en la figura de la vicepresidenta. En Argentina, el poder más fuerte es el presidencial. Esto está en desarrollo y lo vamos a ver en la realidad.

-¿Vidal y Monzó podrán cerrar la grieta que zanjaron en la alianza?

-Si no lo hacen, será una gran estupidez. Jamás debió existir esa grieta. Si tenés a un presidente de la Cámara de Diputados que durante cuatro años fue funcional, debería haber ocupado un cargo en la lista. Hoy, Monzó sería una figura importante en el Congreso. Analizo a la política con realismo. Yo no mando a alguien así al desierto.

-¿Cómo se construye la agenda común de Juntos por el Cambio?

-Con los gobernadores radicales y Larreta, con intendentes del país. Después, hay una parte de ese peronismo republicano que no acompañó al actual gobierno. Hay que dar un debate serio para que después nadie se sorprenda.

-¿Qué puede sorprender a la gente?

-Es mejor prevenir e informar a la sociedad por dónde debería ir el Gobierno al hacer una oposición constructiva. Por ejemplo, en la última votación se apoyó la salida negociada con la deuda de la Argentina, tanto con el FMI como con los bonistas. Lo peor que puede pasarle al país es el default, aunque hay algunos emergentes en el Frente de Todos a los que los seduce esa idea.

-¿Y quiénes son los amantes del default?

-­No voy a personalizar. Pero creen que dejar de pagar puede implicar poner plata en el mercado interno, en planes, en «valecitos» de comida y con eso mejorar la realidad. El aislamiento nos lleva a un camino muy oscuro. Hay que salir del mundo bolivariano, hay que salir de la relación con Venezuela, Cuba y Nicaragua.

«Creen que dejar de pagar (la deuda) puede implicar poner plata en el mercado interno, en planes, en valecitos de comida y con eso mejorar la realidad. El aislamiento nos lleva a un camino muy oscuro.»
-¿Ve muy cercano este gobierno a Venezuela?

-Lo veo reconociendo a (Nicolás) Maduro, son datos de la realidad. Hace poco, el canciller Felipe Solá dijo: “No estamos con Maduro”. Pero si no están con Maduro no hay que aceptarle la embajadora y reconocer al presidente (Juan) Guaidó. Se puede ser de centro-izquierda, pero lo que no se puede ser es irracional ni hacer cosas que atenten contra el interés argentino. Si a vos no te conviene estar vinculado con Bolivia y Evo Morales, pero sí con Brasil, es importante que el presidente vaya a Brasil para consolidar un acuerdo, no que tenga la misma identidad de (Jair) Bolsonaro.

-Trascendió la posibilidad de un encuentro entre Fernández y Bolsonaro.

-Bolsonaro está haciendo esfuerzos para encontrarse. Espero que el presidente argentino pueda acordar, quedarse en el Mercosur y vincularse con la parte que interesa.

-Por todo lo que plantea, ¿lo ve perdido al Presidente?

-Veo que el Gobierno está en stand by, a la espera de una resolución con los bonistas y el FMI. No hay un plan, se tomaron medidas de coyuntura, de ajuste sobre el sector pasivo y la clase media, que siempre paga. Tampoco hay que olvidar al campo con las retenciones.

-¿No le parece belicosa la posición y apresurados los reclamos de las entidades rurales?

-Se están defendiendo. La historia dice que el campo tuvo retenciones del 35, Macri se las bajó y con la crisis aumentó un poco. Lo que cree el campo es que algunos sectores del Gobierno van de nuevo a una puja distributiva con ellos. Hay que analizar otras cosas también.

«Guzmán habló de revisar los intereses del Club de París, ese es un mensaje directo a la cabeza de Kicillof.»
-¿Cómo cuáles?

-En la provincia de Buenos Aires, el gobernador aumentó el impuesto inmobiliario rural un 65%. Te aumentan bienes personales, inmobiliarios, retenciones (…) son sectores muy sensibles cuando vos tenés un tipo de cambio oficial que no registra el cambio blue.

-¿La postura de Kicillof complicó al Gobierno en la negociación de la deuda?

-Había que pagar, (el ex ministro de Hacienda, Hernán) Lacunza dejó dinero. Decir que no ibas a pagar… no fue correcta la perorata radicalizada. Complicó a (Martín) Guzmán en la negociación. Guzmán habló de revisar los intereses del Club de París, ese es un mensaje directo a la cabeza de Kicillof. Los analistas y politólogos argentinos siempre están ausentes, pero en el verano podés hacer cualquier cosa en el país.

-¿Está armando un partido para integrarlo a Juntos por el Cambio?

-Estoy en eso. Voy a sumar a otras fuerzas, como Unir. Y trataremos de conformar la cuarta pata en la mesa de conducción.

-¿Intentará volver al Congreso?

-No lo tengo definido. Si no es en el marco de una discusión y de debate de ideas, que mi voz pueda servir, no me interesa. Si hay principios para hablar, el escenario de la Ciudad o la provincia de Buenos Aires son claves.

LETRA P

PUBLICADO EN LANUEVACOMUNA.COM

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