Refuerzo policial ante intentos de toma de viviendas
La ocupación de una vivienda de un barrio pronto a entregarse desencadenó hechos que involucraron a distintas áreas del Ejecutivo local y determinaron el refuerzo de medidas de seguridad en la zona: la felicidad de los adjudicatarios se mezcla con la necesidad de las familias que aún no han accedido a la vivienda propia.
El pasado miércoles una vecina de nuestra ciudad ingresó a una vivienda desocupada que forma parte del barrio de 28 viviendas sociales (26 en Lobería y 2 en Tamangueyú) que está pronto a entregarse. La vecina había manifestado previamente su necesidad y su intención en las redes sociales.
El hecho desencadenó una serie de acciones que involucraron al área de Desarrollo Social, al área de viviendas y a la Policía Comunal. Aparentemente con diferentes criterios, que generaron una fuerte discusión interna, el caso fue temporalmente resuelto, determinando un refuerzo de patrullaje y un puesto fijo de prevención que aún permanece allí desde ese mismo miércoles.
En el dia de ayer, en la Casona del Prado, se realizó el emotivo sorteo de viviendas entre los adjudicatarios. Ante cada número se repetía una cara de felicidad al sentir cada vez más cerca la concreción del sueño de la casa propia.
Con alquileres que se llevan más de medio sueldo, el desmantelamiento de lo que fue el procrear, las tasas arriba de 60%, el riesgo país por las nubes y el fracaso de los UVAS para viviendas no hay opciones financieras ni siquiera para trabajadores con buenos ingresos. El clima de emergencia económica por el que transita el país, y del cual Lobería no es ajeno, genera estos tremendos contrastes ante el derecho básico a la vivienda: la felicidad de quienes han sido adjudicados y la urgencia de las familias a las que el Estado no puede dar respuesta.
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