Apareció la contradicción, Mauricio Macri pierde las PASO por más de 15 puntos, María Eugenia Vidal pierde por más de 17 puntos, y el presidente del puerto gana en la Ciudad.
La pregunta que surge ¿Cómo se va a poner en valor el proyecto de Puerto-Ciudad? ¿Los recursos utilizados en la campaña por el presidente del puerto, eran muestras de lo que puede hacer el puerto en beneficio de la Ciudad o era simplemente el aporte que las corporaciones exportadoras, hacían en la campaña para garantizar la victoria de Juntos por el Cambio?
¿Qué pasará ahora que sabemos que la provincia cambia de administración y que la conducción del puerto estará en manos de un delegado de Kicilof, que bien podría ser Facundo López? ¿Podrá el presidente del puerto continuar con su proyecto Puerto-Ciudad como jefe comunal o todo terminará en una estafa como nos tienen acostumbrados los dirigentes del espacio Macrista que nunca cumplieron con ninguna de sus promesas de campaña?
Es una lástima que esos recursos que aporta el puerto a la campaña del Presidente del puerto, no estén administrados por el municipio. Esos aportes podrían ser utilizados para mejorar la calidad de atención en el hospital, garantizando especialistas en cada área. Podría crearse un fondo fiduciario que financie el desarrollo de la producción de alimentos, generando empleo y recursos, etc. En cambio se tratan de utilizar para mostrar poder económico.
En nuestra ciudad se ven claramente los dos modelos de país que vienen debatiéndose desde que Urquiza, después de haber ganado la batalla de Cepeda, no confió en los caudillos para construir una Argentina federal y le entregó el poder a Bartolomé Mitre, que construye Argentina repartiendo tierras, creando latifundios, para garantizar producciones agropecuarias basadas en la extensión.
Mitre puso las bases del desarrollo de una economía agroexportadora de materias primas, que llegó hasta los levantamientos de Leandro Alem, a partir de ese entonces mientras gobiernan los conservadores, Argentina se endeuda, generando pobreza y desocupación.
¿Hasta cuándo vamos a creer que con la producción agropecuaria dominada por los exportadores, que se basan en los precios de Chicago, la rentabilidad puede ser tan amplia y generosa que le de trabajo a todos los argentinos? ¿O que los recursos se esparcirían en toda la población evitando el hambre de más del 50% de los pibes?
Es tan evidente que, aunque el agro creció un 49,6% su producción, los argentinos y especialmente los necochenses que los tenemos muy cerca, vemos como se deteriora nuestra calidad de vida.
Pongamos en sintonía nuestro destino, juntándonos con el futuro de Todos.
Esteban Rodríguez / LANUEVACOMUNA.COM