Bajo esa premisa, Kicillof decidió salir a la ruta con buena parte de su gabinete para evidenciar no solo lo que se está haciendo en materia de salud sino también para mostrar gestión junto a los protagonistas de cada cartera. En concreto, el gobernador se propuso volver a girar por buena parte de la Provincia, tal como lo hizo previo a ser electo en 2019 a bordo del famoso Clío, pero esta vez en formato de banda electoral.
La recorrida del viernes pasado fue una clara muestra. Tras una jornada que incluyó presentación de viviendas en Ranchos (General Paz) y la inauguración del Centro de Salud Oeste en Villa Gesell, el gobernador contó con la compañía de gran parte de la plana entre ellos los ministros Carlos Bianco, Daniel Gollán, Mara Ruiz Malec, Augusto Costa, Agustín Simone y la directora de Cultura y Educación, Agustina Vila y subsecretario de Transporte, Alejo Supply. Tras el fin de semana, ayer fue el turno del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, con quien inauguró una nueva alcaidía en Florencio Varela.
El gobernador sabe que necesita de todo el acompañamiento del interior para revertir, principalmente, la Cámara alta bonaerense. Y en ese marco, el acercamiento territorial junto a los ministros marca un claro desembarco electoral, más allá de que para los medios solo se hable de campaña de vacunación, con fines sólidos.
“La clave está en la primera, en la cuarta y en la séptima. Los números nos muestran que emparejamos y que, incluso, si logramos revertir la quinta podríamos quedar arriba”, le dijo a este diario una fuente del ejecutivo provincial. Para consolidar una gestión atravesada por la pandemia, Kicillof necesita de una serie de leyes que hoy en día no puede accionar por contar con minoría en el Senado.
El desembarco en Gesell, que forma parte de la quinta sección electoral, no parece casualidad. El gobierno sabe que en “la chiquita”, como aseguran, está lo que podría ser el vuelco necesario. No será fácil. Desde Mar del Plata, el intendente Guillermo Montenegro viene dando pelea. Y el levantamiento de los gastronómicos y de los hoteleros, algo que también sucede en Tandil (también de la quinta) no le juega a favor al ejecutivo.
“Mientras los de afuera se pelean, nosotros nos mostramos en grupo. Es la forma más clara de ejemplificar la verdadera unidad”, cerró la misma fuente.
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Publicado en lanuevacomuna.com