Barton resalta la importancia de esta pregunta no tanto por su contenido literal, sino porque simboliza el nivel de enajenación que caracteriza la política argentina desde la asunción del presidente libertario:
«A Adorni le preguntaron una vez cuántos perros son. Y él se molestó muchísimo, y la pregunta fue tomada como lo que es… parece una pregunta pava, tonta, en el medio de un desastre», reflexionó Patricio Barton, quien ve en esa consulta una forma de exponer lo absurdo del momento que atraviesa el país.
Para él, preguntar cuántos perros son es una manera de evidenciar el estado de anomalía en el que nos encontramos. Es una pregunta que pone incómodo al presidente porque se enfoca en lo que parece trivial, pero que, en realidad, resalta el caos:
«¿Cuántos perros son?» no es solo un cuestionamiento sobre la cantidad de animales que viven en Olivos, sino una interpelación sobre cómo llegamos a este punto de la historia, en el que hechos desquiciados se suceden uno tras otro sin que parezcan generar la indignación que merecen.
El periodista expuso cómo este tipo de preguntas puede llegar a incomodar más que otras de índole política que, según él, ya están respondidas por comunicadores afines al gobierno, como Luis Majul:
«Ahora, ¿cuántos perros son? Es preguntar cómo llegamos a esto, cuántos perros son, es recordarnos el estado de anomalía en el que estamos», afirmó Barton, poniendo en perspectiva el deterioro de la sensatez en el debate público.
El ejemplo de la niña a la que la policía roció gas en los ojos durante la manifestación de la semana pasada, es otro de los momentos que Barton utiliza para ilustrar este desvarío.
Mientras los militantes de Milei justificaban el acto con frases como «es exactamente lo que voté», la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, evitaba condenar el abuso policial, argumentando que los niños no deberían asistir a protestas. «¿Cómo puede ser posible esto?», se pregunta entonces el compañero de Alejandro Dolina. «¿Cómo puede ser que se acepte con normalidad que un jefe de Estado se refiera a sí mismo como el ‘Topo’ que viene a destruir la estructura que lidera?»
PERROS, ENTRE EL ABSURDO Y LA RESISTENCIA
La insistencia en la pregunta «¿Cuántos perros son?» se convierte entonces en un acto de resistencia, una invitación a cuestionar el absurdo en el que se está sumiendo a la política argentina.
Para Barton, esta consulta debería repetirse en todos los espacios posibles: «Te para un auto en el semáforo, y preguntar: disculpá, hermano, ¿cuántos perros son?», sugiere el periodista con tono irónico.
El trasfondo de la pregunta no busca una respuesta concreta sobre cuántos perros viven en la residencia presidencial. De hecho, saber si son cuatro, cinco o si Conan está vivo o muerto es irrelevante. Lo que importa es mantener presente el desvarío en el que estamos inmersos. «La respuesta que sea, no va a ser la respuesta, porque la respuesta la tenemos que dar cada uno en su grupo, en su conjunto», concluye Barton, instando a la sociedad a no conformarse con la normalización de lo absurdo.
La reflexión se convierte en un llamado a abrir los ojos y no dejar pasar las anomalías que nos rodean. Preguntar «¿Cuántos perros son?» es cuestionar cómo llegamos aquí y hasta cuándo vamos a ‘fingir demencia’ y soportar la irracionalidad que impregna la vida política argentina.
Infocielo
Publicado en lanuevacomuna.com