En medio del momento más complejo a nivel político y económico para Milei, la frase «no llego a fin de mes» se repite en todos los estratos sociales, y el avance de los precios sólo es superado por la inquietud por la Inseguridad. El apartado de Alimentos, con incrementos significativos, vuelve a impactar de lleno en el IPC de marzo y abril.
Volver a mirar etiqueta por etiqueta, una práctica habitual que regresó a los supermercados.
Con el entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) aún sin concretarse y una coyuntura comercial internacional cada vez más inestable, la administración de Javier Milei enfrenta un desafío mayor: tras varios meses de cifras elevadas pero relativamente constantes, la inflación retomó impulso y volvió a posicionarse como la principal inquietud ciudadana en los sondeos de opinión. Esto ocurre en pleno año electoral, cuando una de las principales promesas del oficialismo había sido precisamente contener los aumentos.
Además, el ritmo de subas en el sector de Alimentos, impulsado por incrementos preventivos de los proveedores ante la expectativa de una nueva devaluación, amenaza con generar datos alarmantes tanto para el índice de marzo, que se publicará este viernes, como para el de abril, que ya comenzó con fuertes subas. Este último mes era clave para el ministro de Economía, Luis Caputo, quien aspiraba a mostrar un aumento del «1 por ciento» en ese indicador.
La situación se vuelve especialmente frágil, no solo por el contexto internacional, sino también porque el eventual acuerdo con el FMI aparece como el único respaldo concreto que tiene el Gobierno para sostener una cierta calma cambiaria y en los precios. Pero ese entendimiento se dilata, y con ello se complica el cumplimiento de las metas inflacionarias y la recuperación de reservas en el BCRA, hoy en terreno negativo.
En ese contexto, se difundió recientemente un relevamiento de Proyección Consultores que, al igual que otras encuestadoras, confirma que la inflación ocupa un lugar central en las preocupaciones sociales. Según el informe, al que accedió Página I12, el 39% de los encuestados ubica a «la inflación, el precio de los alimentos y otros gastos del hogar» como el segundo problema más relevante, superado únicamente por la Inseguridad (46%) y por encima de otra preocupación ligada a la pérdida de poder adquisitivo: «los bajos salarios o ingresos familiares o personales», que figura en tercer lugar.
Entre el ajuste forzoso y la imposibilidad de llegar
Dos aspectos destacados del estudio: en primer lugar, la preocupación por la inflación creció del 35% al 39% respecto de la medición anterior. En segundo lugar, la consulta permitió seleccionar múltiples opciones. Sin embargo, cuando se indaga por la principal preocupación individual, el «no llegar a fin de mes» se impone con un 34,6%, superando incluso a la Inseguridad.
A su vez, los datos desagregados indican que un 28,3% directamente no logra cubrir sus necesidades básicas mensuales, mientras que un 17,9% lo consigue, pero recurriendo al endeudamiento. Por otro lado, un 35% llega a fin de mes únicamente «ajustando los gastos». En otras palabras, bajo el modelo económico de Milei —que según el Ejecutivo mejoró los ingresos y logró frenar la inflación—, apenas un 11,7% afirma cerrar el mes sin dificultades y solo un 7% puede generar ahorro.
Otra cifra llamativa: el 46,9% de los encuestados considera que su situación era mejor durante la gestión anterior, mientras que el 45,8% dice estar igual o haber mejorado. Aunque aún predomina la percepción de que la crisis actual es consecuencia del gobierno de Alberto Fernández, esa brecha empieza a cerrarse, acercándose a un empate técnico tras un año de diferencias más marcadas.
Alimentos: una olla a presión
Frente a este escenario, distintos informes privados comenzaron a mostrar datos que encendieron alertas sobre una aceleración en los precios. Este repunte también aparece reflejado en el relevamiento REM del BCRA, donde por segundo mes consecutivo las consultoras financieras corrigieron al alza sus proyecciones inflacionarias.
Entre esos estudios, Página I12 accedió a cifras de la consultora Equilibra, dirigida por Martín Rapetti, que registró un incremento del 0,6% en Alimentos y Bebidas no alcohólicas en la última semana de marzo y del 0,9% en la primera de abril. También realizaron un relevamiento que excluye componentes estacionales como frutas y verduras, lo que permitió observar que los aumentos también se extienden a productos de góndola: en este caso, las subas fueron del 0,5% al cierre de marzo y del 1% en la primera semana del mes siguiente.
Una semana atrás, este medio había consignado aumentos del 10% en aceites, del 14% en pollo, del 25% en tomate, del 10% en galletitas, del 8% en café y del 6% en carnes, entre otros. El fenómeno se intensifica aún más en los negocios de cercanía, donde los incrementos suelen ser mayores. Y esto no es un dato menor: el 80% de la población realiza sus compras en estos locales, lo cual implica que quienes menos ingresos tienen son los más perjudicados por estas alzas.
No obstante, Equilibra no es la única fuente que muestra un repunte. La consultora Analytica, de Ricardo Delgado, registró una suba del 0,4% en Alimentos en el AMBA, lo que da un acumulado del 3,4% en las últimas cuatro semanas. Por su parte, LCG informó un aumento del 0,8% en Alimentos y Bebidas durante la primera semana de abril, marcando una aceleración respecto al mes anterior. Con estos datos sobre la mesa, se espera un IPC general de alrededor del 3% para marzo y bastante por encima del 2% en abril.
La Nueva Comuna