Roberto “Pajarito” Grabois buscó en los años 70 lograr la unidad entre la “Juventud Maravillosa” y los sectores más conservadores del peronismo para trabajar en conjunto con el general Perón. No tuvo éxito y optó por alejarse en silencio de la política activa. En aquellos tiempos, las armas pesaban demasiado. Décadas después, su hijo, Juan Grabois, intenta construir puentes entre Cristina Kirchner, La Cámpora y los sectores que respaldan al gobernador Axel Kicillof.
En los últimos días, el líder del Frente Patria Grande, tras reunirse con Axel Kicillof la semana pasada, mantuvo un encuentro con Cristina Kirchner. Se ofreció como mediador, conciliador y articulador de la unidad del peronismo bonaerense para hacer frente a las políticas del presidente Milei, quizá evocando las tragedias de los años 70.
Grabois expresó su intención de “soldar” todas las fuerzas para enfrentar a Milei, a quien calificó como un “tremendo hijo de puta” y un “enemigo”. Luego destacó a Cristina Kirchner y a Kicillof, afirmando que este último es “el mejor de su generación” y quien tiene mayores chances de convertirse en presidente de la Nación.
La Cámpora intentará mañana, en un acuerdo con La Libertad Avanza y el PRO, impulsar el proyecto de la senadora Teresa García para suspender las PASO, pero sumando la posibilidad de que las elecciones sean concurrentes en la misma fecha. Si esto ocurre, el gobernador aplicaría un veto parcial a la ley y avanzaría con el desdoblamiento electoral. Otra alternativa es que, si La Cámpora logra aprobar el proyecto en una cámara, Kicillof firmaría de inmediato un decreto para desdoblar las elecciones, dejando sin efecto la ley.
La expresidenta amagó con encabezar la lista de diputados provinciales por la tercera sección electoral y Sergio Massa por la primera, los dos distritos más fuertes de la provincia de Buenos Aires. A su vez, el diputado Máximo Kirchner, titular del PJ bonaerense, armaría todas las listas, lo que llevaría al gobernador a fundar un nuevo partido político, tal como ocurrió en 2017 cuando Cristina se presentó por fuera del PJ con Unidad Ciudadana y, en consecuencia, el peronismo perdió aquellas elecciones frente al PRO de María Eugenia Vidal.
Kicillof cuenta con el respaldo de 44 intendentes que representan aproximadamente seis millones de votantes, mientras que Cristina Kirchner es apoyada por 23 jefes comunales que suman cerca de tres millones y medio de electores.
Decía Enrique Santos Discépolo: “¡Mirá! ¡Yo puedo negar todo! ¡Vos podés negar todo! ¡Todos podemos negar todo! Pero hay algo que no se puede negar: la evidencia. Y vos sabés qué es la evidencia: la evidencia es lo que está ahí, lo que te hace señas para que lo veas, lo que te grita para que lo oigas…”
En conclusión, la realidad muestra que Cristina sigue siendo la líder más influyente del peronismo y Kicillof representa la esperanza de recuperar el poder en el futuro. Un quiebre dentro del espacio significaría un golpe difícil de revertir y comprometería cualquier posibilidad de volver a ser gobierno.
Como señala el papa Francisco: “El camino de la unidad es superior al conflicto”.
Con información de Info135
La Nueva Comuna