Parece mentira que esto haya sucedido en medio de la ola desreguladora que lanzó el nuevo gobierno de Javier Milei. Y parece mentira porque hasta los funcionarios del gobierno anterior, como Juan José Bahillo o el propio Sergio Massa, reconocían que se les había ido la mano a los jerarcas del Banco Central que impusieron ese “castigo” financiero contra los productores agropecuarios que guardaran un puñado de soja (más del 5% de su cosecha). La medida tenía todo el tufillo del kirchnerismo más duro.
Si producís soja y no la vendés todas junta, pues eso quiere decir que la acaparás, que sos un especulador y que por lo tanto no debés pagar las tasas de interés de todos los argentinos sino una especial que será 20% más cara. Si querés financiarte como cualquier hijo de vecino, pues entonces vendé tu soja.
Ese era el mensaje que emanaba de una circular del Banco Central dictada en el inicio de la gestión de Massa en Economía, en septiembre de 2022, que fue prorrogada varias veces (la última en septiembre pasado) a pesar de las promesas del ex ministro candidato a las entidades de la Mesa de Enlace, que se quejaban de una evidente discriminación estatal hacia los productores de soja.
Muchos de los empresarios rurales, desde esta argumentación, guardaban más del 5% de su cosecha de soja en silobolsas no para especular, como argumentaba el BCRA, sino porque debían mantener un tambo o un engorde a corral, y utilizaban la soja no como producto final sino como insumo.
Lo cierto es que esta regulación, visiblemente regulatoria y contraria a la libertad de mercado (y de la propiedad privada) con la que batalla día y noche el nuevo presidente libertario, parecía tener los días contados en la nueva gestión que se inició el 10 de diciembre. La última prórroga vencía el 30 de diciembre de 2023.
Pero hace unas horas, el Banco Central emitió una nueva comunicación, al A 7931, que en vez de derogar esa medida estira su vigencia por otros seis meses, hasta el 30 de junio de 2024. Es decir, bien ingresado el gobierno de Milei y cuando incluso ya los productores hayan comenzado la campaña comercial con la soja cosechada en el ciclo 2023/24. Quienes no decidan vender precipitadamente su soja, volverán a recibir el mismo castigo financiero.
Esta es la circular:
Circular A7931
“Hasta el 30.6.24, la tasa nominal anual de interés compensatorio de las financiaciones de entidades financieras en pesos –cualquiera sea la forma de instrumentación– a clientes con actividad agrícola inscriptas en el Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA) en carácter de Productor con acopio de su producción de soja, será como mínimo el 120% de la última tasa de Política Monetaria publicada”, es el texto de la resolución discriminatoria, que tiene como objetivo visible que el sector apure la comercialización de la oleaginosa que luego genera los mayores ingresos de divisas a las arcas del BCRA.
La nueva normativa solo “exceptúa” de la penalización crediticia a lo productores “cuyo monto total de financiaciones en el sistema financiero, considerando la financiación solicitada (medidas en términos de consolidación mensual), no supere el importe equivalente a 3 millones de pesos –tanto en pesos y en moneda extranjera–, y/o que acrediten no tener un acopio de su producción de soja superior al 5 % de su capacidad de cosecha anual”.
Es decir, todo queda como era más allá de la prédica liberal del nuevo gobierno.
Bichos de Campo
Publicado en lanuevacomuna.com