En La Libertad Avanza consideran que Javier Milei dejó en Davos el terreno abonado para la conformación de un frente «antifascista» en su contra, tras haber equiparado a los homosexuales con pedófilos en un foro centrado en inversiones y negocios.
Desde hace tiempo, algunos sectores libertarios que no adhieren a cada una de las controversias generadas por el presidente temen que la oposición articule un bloque «republicano» en respuesta a la intención de Milei de gobernar mediante decretos, eludiendo el Congreso. Rememoraban el antecedente del «Grupo A», conformado en 2009 contra Cristina Kirchner durante su segundo mandato, en reacción al «vamos por todo», que en aquel momento Patricia Bullrich y otros comparaban con el chavismo.
Sin embargo, lo que no previeron es que la resistencia no se focalizaría en la defensa de las instituciones, un concepto abstracto para buena parte de la ciudadanía, sino en la protección de las libertades individuales. En cuestión de días, Milei afirmó que iba a confrontar con los «zurdos hijos de puta» -su jefe de gabinete luego aclaró que se trataba solo de un debate- y posteriormente realizó declaraciones ofensivas hacia la comunidad LGBT.
El presidente quedó atrapado en su propio discurso, impulsado por Santiago Caputo y Rodrigo Lugones, estrategas de la denominada batalla cultural, responsables de los comentarios provocadores que emitió ante una audiencia clave para atraer inversiones en Argentina.
A diferencia de su intervención disruptiva del año pasado, donde concentró sus críticas en el «comunismo», en esta ocasión no obtuvo el respaldo de figuras de la derecha global como Giorgia Meloni y Steve Bannon. Elon Musk fue el único que salió en su defensa: «Amo a Javier Milei», expresó el dueño de Tesla, quien ya le debía un favor al mandatario argentino tras haberlo respaldado cuando fue acusado de realizar un saludo nazi en la asunción de Donald Trump.
El secretario del Tesoro de Trump defendió los derechos LGBT: «En ciertas regiones, ser gay ya no es un tema»
Además de provocar el rechazo del CEO del mayor fondo de inversión del mundo, Milei desató una convocatoria a una marcha «antifascista» en el centro de Buenos Aires y otras ciudades del país para el próximo sábado. El primer indicio de esta reacción se dio en Parque Centenario, donde se realizó una asamblea masiva que cobró notoriedad cuando el influencer libertario Marco Palazzo tuvo que ser escoltado por la Policía, al igual que otros seguidores de Milei que asistieron a «cubrir» la manifestación.
Ante la convocatoria de la movilización, en lugar de moderar su postura, Milei optó por redoblar la apuesta, como suele hacer ante las críticas. Mediante retuits, sugirió que el fascismo no estaba de su lado, sino del movimiento LGBT. «El verdadero acto de fascismo es que, contra todo principio democrático, el 0,12% de la población pretenda imponerle su agenda al 99,88%», replicó Milei en su cuenta, difundiendo un mensaje de Dannan.
Más allá de la marcha, que se espera multitudinaria, el saldo político para Milei parece ser la pérdida de votantes sin obtener ningún beneficio claro. Según el encuestador Hugo Haime, su discurso en Davos fue un error no forzado que brinda a la oposición la oportunidad de construir consensos en torno a valores como la igualdad.
El discurso de Milei en Davos provocó el rechazo del CEO del mayor fondo de inversión mundial
Haime considera que las declaraciones de Milei pueden facilitar la convergencia de sectores políticos diversos en temas comunes, aunque cree que un frente antifascista aún está lejos de concretarse. «Lo mencionó Jorge Macri desde la derecha, y hay una respuesta desde la izquierda, lo que podría contribuir a una idea opositora en construcción. Pero de ahí a que se consolide un frente basado en el dilema entre fascismo y antifascismo, lo veo un poco lejano todavía», afirmó.
Para Haime, esta dicotomía no ha calado profundamente en la sociedad argentina y podría tener mayor relevancia en ámbitos específicos como la Ciudad de Buenos Aires.
Por su parte, el politólogo Marcos Novaro advierte que etiquetar a Milei como «fascista» de manera excesiva podría ser una estrategia contraproducente que termine fortaleciéndolo políticamente. Según el analista, esto se ha visto en casos como el de Trump en Estados Unidos y otros movimientos de derecha en Europa, donde las reacciones alarmistas de la oposición solo sirvieron para amplificar su mensaje.
Novaro sostiene que la clave para confrontar a Milei radica en abordar con seriedad las demandas sociales. En su opinión, ciertos reclamos vinculados al «wokismo» y las políticas de discriminación positiva han derivado en privilegios injustificados que generan malestar en la sociedad.
«Aunque algunas de sus posturas sean absurdas, ignorarlas o rechazarlas frontalmente solo alimenta la confrontación que Milei busca provocar», concluyó Novaro. «Es lo que hizo la izquierda demócrata frente a Trump y así le fue, así que sería bueno aprender de esa experiencia».
Con información de La Política Online
Publicado en lanuevacomuna.com