EL GRAN CASINO DE NECOCHEA EN RUINAS: un emblema del pasado que ahora está abandonado. En una crónica de tono burlón, el periodista Malnatti de Canal 13 de Buenos Aires realizó un informe sobre las instalaciones abandonadas del complejo del Casino de Necochea, destacando la historia de su auditorio ovni y las comodidades que ofrecía, lamentando su estado actual tras incendios y abandono. Al final, la reflexión demoledora.
Fue un emblema de la Costa Atlántica argentina, donde cada verano concurren miles de turistas. Su diseño fue de vanguardia, moderno y futurista. En los 22.000 metros cuadrados cubiertos que tenía había lugar para 8.000 personas, con 50 mesas de ruleta y 20 de punto y banca en el casino. Además de canchas de bowling, mesas de billar, una pista de patinaje, salones, oficinas y locales, un restaurante y la boite en la terraza con pileta, pero este punto obligado de Necochea, sufrió tres incendios y ya no pudo recuperar la gloria de otros años. Malnatti recorrió lo que quedó en el olvido del gran casino de Necochea.
Momento emitido el miércoles 5 de junio de 2024 en Telenoche.
El informe
-Este es el complejo del Casino de Necochea, acá están las piletas abandonadas, en la parte de adelante, allá tenemos el mar, y ahí atrás se ve un poquito de lo que es una especie de construcción que es increíble, que es el auditorio del Casino de Necochea, que es una especie de ovni, es decir, en la época que se construyó, en el 1970, nadie lo podía creer, todo este lugar se incendió tres veces.
Con el periodista Raúl Jáuregui
-Ahí está Raúl, ¿cómo va? ¿Qué tal? Raúl, esto era mucho más que un casino, contame todo lo que había.
-Había la pileta de natación, arriba estaba la WAC, la pileta de natación tenía el sector de saunas también, allá de aquel costado estaba la pista de patinaje y tenía el auditorio y lugares para 650 butacas.
-También estaba el bowling, estaba la confitería, el restaurante. Tenía hasta peluquería. Me imagino en verano todo esto lleno de gente, ¿no?
-Lleno de gente, había desfiles, era el lugar top del verano, ¿no? Esta fue la postal de Necochea, convengamos, en su momento. Ah, sí. El casino en general, el complejo era considerado de lo mejor en Sudamérica, era lo más moderno que había en su momento.
El recorrido por lo que queda
-Por acá se puede pasar, venga. Estamos en la parte del bowling, las dimensiones del lugar son faraónicas, esto era un boom en el verano. Ustedes se lo tienen que imaginar, entro por la puerta de la confitería del bowling. Imagínate, todo esto, todo esto lleno de mesas, ¿eh? ¿Por qué? Porque acá estaba la barra. La barra frente al mar. La iluminación que tiene este lugar es fantástica. Si era un día nublado, si era un día para no hacer nada, tenías el bowling. Siete líneas de bowling, acá corrían las bolas todos los días y ahora los vidrios rotos. Fíjense lo grande que es. Esto es una cuadra confitería, más bowling, allá el mar. El sistema era de los antiguos, ¿eh? Sobre esta madera estaban los chicos que levantaban las bolas y las llevaban. Todo tenía una misma línea, fíjate, el techo cóncavo como el auditorio, que es gigantemente cóncavo. No está en tan mala situación. Por ejemplo, esta parte todavía mantiene toda la parte de madera, la de refrigeración. Nos metemos ahora en las entrañas de la confitería llena de heladeras y heladeras y más heladeras, un horno. ¿Qué habrá acá abajo? Bueno, vamos a descubrirlo. Acá un poco de todo. Mucho hielo lápiz, latas, gente que se ve que ha pernoctado acá. Esta es una máquina de hielo. Lo mejor para el verano. Las marcas de la época beldent, chicles cowboy. Se escucha un ruido del otro lado. Vamos por el otro lado, vamos por el otro lado porque hay un ruido ahí.
Con Jesús Aguiar, croupier
-Jesús, ¿cuántas veces subiste esta escalera para ir a trabajar?
-Muchísimas, incontables. ¿cuánto tiempo? 44 años.
-Y cuénteme cómo era este lugar, este complejo en verano.
-Entraban hasta 7000 personas. Venían por apostar, pero también venían mucho por la atracción turística que representaba el edificio. Era un edificio que era la postal de Necochea-Quequén.
-Y ahora cuando lo veas así, ¿qué sientes?
-Siento tristeza. Jamás imaginamos que podría pasar eso. Causa depresión. 44 años, más de la mitad de mi vida. Y esto era todo iluminación y gente caminando. Ahí estaba la pista de patinaje, llena de chicos. Y a su vez, los maderos generalmente se cruzaban el casino. Sonaba una música de los años 80. No había lugar para estacionar. Era algo increíble.
«Hay una responsabilidad criminal muy grande. Porque esto alguien lo hizo y todavía no está el responsable. Por esa razón, nadie quiere que esto se vea y se conozca«
Daniel Malnatti, canal 13
Los tres incendios
-Voy a ver si hay algo interesante. Hay mal olor en la zona de baños. Esta zona es como una zona de vestuarios. Porque acá hay varias piletas. Este es el techo casa, por se ver. Estructuras que lo contienen. Acá si es todo duchas. Ah no, mirá. Esto es lo mejor, la frutilla del postre, el sauna. Está buenísimo. Se mantiene perfecto. Podemos salir por acá. Venga, salgamos por acá. Y casi sin darnos cuenta decimos, como 100 metros. Porque mirá, ya estamos de vuelta en el mar. Este es el Atlántico. Esta es la playa de Necochea. Acá está la pileta. La pileta está fantástica. Está muy buena. No me tapa. Llamaba mucho la atención. Imagínense eso en el año 1973. Vamos a seguir. Esta es la barra. ¿Se imaginan todos acaudados aquí con una caipirinha? Bueno, esos eran buenos tiempos. Eso ya no ocurre más. Nos vamos a meter aquí en la oscuridad. Vamos a meternos. Vamos a entrar en lo que era el casino. ¿Qué puede pasar? No, es muy pesada esta.
-¿Tenés idea de cuánta gente trabajaba acá?
-No sé, pero arriba de quizá 200 personas seguramente. Ahora está funcionando un casino más chiquito, más lucido. Había gente que venía de otras ciudades. Venía exclusivamente a jugar al casino de Necochea.
-Raúl, ¿cuántos incendios sufrió este complejo?
-El complejo tuvo tres incendios. El primero fue en el 78. Estaban soldando a dos empleadas del sector que se llamó la vieja sala de juego. Los más grandes, los más grandes, los más grandes. Los más grandes que asestaron, yo creo, los golpes definitivos a lo que pasaría después fueron en el año 2001. Fue un cortocircuito. Y el último, perdóname, fue en 2021, que es el Teatro Auditores. Ese fue ya el golpe definitivo. Había gente que entraba a dormir y demás hasta que un día se prendió. Fue un domingo. Supuestamente sabían que era intencional. Nunca ubicaron al autor.
-¿Se sabe qué pasó con el seguro?
-El seguro que lo abonó el Banco Provincia. Y ese es el lugar donde queremos llegar. Esa es la parte de atrás de todo el anfiteatro. El anfiteatro es gigante y sufrió un incendio que lo devastó. Y nosotros tenemos que ir ahí. Sala de grandes espectáculos. Estuvo Drácula ahí, mirá, fíjate, ¿no? Exacto.
-¿Qué viniste a ver vos acá ahorita, te acordás?
-Zulma Faiad.
-¡Ah, sí, claro!
-Zulma Faiad. Bueno, Zulmita estamos en muy lejos tiempos, ¿no? Bueno, a Darín también vino acá.
-Y vamos a entrar a este lugar. Ahí está, mirá, no se puede creer que es increíble. Esto es hermoso. Este es el foyer del auditorio del casino de Necochea. Acá, bueno, se preparaban las sesiones. Vamos por acá, vamos a ver si podemos ver cómo quedó la sala. ¡Ah, mirá! Claro, no quedó nada. Chupa. Bueno, muchas palomas. Esto estaba lleno de, obviamente, las butacas. Acá iban las butacas. Estoy caminando sobre los asientos. ¿Eh? Sobre los asientos. Esto no lo puedo creer, mirá. El escenario. Hay que ir con mucho cuidado porque el techo se está desprendiendo. Vean lo que es este edificio. La acústica que tiene, ¿no? Esto lo inauguró Lanússe en el 73. Ah, ojo porque acá está el foso en donde iban los músicos. ¡Ay, ay, ay, ay, ay! Yo tengo vértigo y hay un lugar con un foso muy grande que son varios metros. Esto se excede. Ahí está, ¿eh? Ahí sí, ahí llego. Bueno, ahí está, listo. Bueno, pasé. Genial. Esta es la parte de atrás del escenario. Hay que tener mucho cuidado. Fíjense. Bueno, todo el techo que se cae. Pero también hay que tener cuidado al pisar. Este es el foso que les decía. Eso conecta con el foyer. Esta parte está detrás del escenario, ¿eh? Imagino que acá hay un telón. Bueno, esta es la zona de atrás, de bambalinas. Se está desprendiendo. Los escalones se están desprendiendo. La mirada de acá que se queda. Se puede ver lo importante que era. Y estos, estos son los camarinos. Los camarines, ¿eh? Fíjate, cada camarín. Aquí las luces, me imagino. Cada camarín tenía un baño. Mantiene la forma concava que tiene todas las estructuras. Este es un cerro muy importante. Ustedes lo pueden ver. Está destruido, pero imagínense. Y vean las dimensiones. Tenía uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho camarines, ¿eh? Quedó de esta manera. Vamos a ver si se puede subir por acá. Esto todavía aguanta. Este es el último piso. Más baños, algunos apliques de electricidad. Y si nos asomamos por la ventana, vemos una cochea. Esto podría ser un camarín para los elencos, de bailarines o de músicos, ¿eh? Los de abajo son camarines individuales, ¿eh? Esto, la verdad, tiene una estructura enorme. Bueno, vean el techo cómo quedó, ¿eh? El fuego lo consumió todo. Fue un shock entrar acá. Es increíble toparte con este lugar. Que fue tan espectacular. Mirá cómo quedó. Hay ruidos. Hubo ruidos. Ahí entró alguien, ¿eh? Entró alguien. Vámonos. Alguien entró. Y claro, eso no se quiere, nadie quiere que se vea esto. Porque es un espectáculo muy triste. Bueno, hay una responsabilidad criminal muy grande. Porque esto alguien lo hizo y todavía no está el responsable. Por esa razón, nadie quiere que esto se vea y se conozca.
Alfredo Barros / lanuevacomuna.com