
«Acá en Puerto Quequén hay cuatro o cinco vivos, que se llenan de plata, que se quedan con la plata de los trabajadores»
Este es el modelo de país que quiere la oligarquía: libre comercio sin regulación alguna del Estado.
No quieren pagar tarifas establecidas, no quieren pagar impuestos, no quieren pagar tasas municipales, no quieren pagar obligaciones previsionales, nada de nada. «Libertad de trabajo y contratación» es dejar atrás las paritarias, los derechos laborales y las obligaciones patronales. Y quien no esté de acuerdo, palo y a la cárcel. Esto está pasando ahora aquí en nuestra Necochea.
En declaraciones a la prensa, el titular de ATCADE (Asociación de Transportistas de Cereales por sus derechos) Miguel Aguilar, anunció la huelga por tiempo indeterminado en Puerto Quequén.
«Estamos queriendo cobrar las tarifas del año pasado y ni siquiera eso quieren pagar» señaló, aclarando que ni siquiera pretenden un aumento.
Libre comercio al extremo.
En la víspera, se intentaron realizar reuniones para destrabar el conflicto que lleva varios días. Sin embargo, no se presentaron los representantes de la patronal, el Centro de Acopiadores de Cereales. La entidad emitió un comunicado donde se señala que «se defiende la libertad de trabajo y contratación, quedando la función institucional fuera de toda cuestión de tipo comercial entre nuestros socios y los transportistas».
Los vivos que se llenan de plata
«Acá en Puerto Quequén hay cuatro o cinco vivos, que se llenan de plata, que se quedan con la plata de los trabajadores» sentenció Aguilar y agregó que «no lo vamos a permitir, el paro en Puerto Quequén es total».
El gremialista anunció que «ya mismo se está avisando a todos los transportistas de la zona para que no vengan».
Desde hace unos años, desde la Agencia Provincial de Transportes (ente oficial encargado de la temática) se había logrado conformar una mesa de trabajo entre transportistas, acopiadores, productores y el Estado provincial. En ese ámbito se pudo consensuar durante varios años una tarifa para los fletes de productos agropecuarios desde y hacia los puertos bonaerenses. De esta forma, se había logrado finalizar los conflictos que paralizaban las estaciones portuarias frecuentemente.
Sin embargo, pareciera que el cambio de gobierno y las medidas favorables a los productores rurales (devaluación y quita de retenciones) despertaron las peores intenciones: las patronales del campo se niegan a cumplir los acuerdos tarifarios consensuados y abogan por la «libre contratación» entre las partes.
Una vez más, la cadena se corta por lo más débil y la actividad portuaria otra vez paralizada.