Un cura católico reveló que Mauricio Macri lo buscó para exorcizar Olivos
El sacerdote católico platense Carlos Mancuso reveló que fue contactado por el gobierno, por intermedio de una mujer, para exorcizar la quinta de Olivos, pero señaló que el presidente Mauricio Macri finalmente optó por encargar esa tarea a budistas.
Según el diario Buenos Aires Herald, en los últimos días de diciembre Mancuso —conocido como el cura exorcista— recibió un llamado en su domicilio, en La Plata, de “una señora de apellido Gómez” que se presentó como representante del presidente para encargarle una “limpieza” espiritual en la quinta presidencial de Olivos.
El sacerdote, de 81 años, afirmó que no sabía si se trataba de una “infestación” (un espíritu poseído que recorre los ambientes), una “obsesión demoníaca” (el demonio que persigue a una persona y le provoca malestar) o “un poseso” (el maligno que está dentro del ser humano), que de acuerdo con el catolicismo requieren terapias específicas cada uno.
Entonces, el cura sostuvo que tres días después la señora Gómez lo llamó para disculparse y señaló que el jefe de Estado había optado por otra solución apelando a un rito budista.
“Los budistas están en nuestras antípodas (geográficas), son del Lejano Oriente”, señaló Mancuso, que atiende en el Hogar Sacerdotal de La Plata, en la calle 60 entre 27 y 28, y fue un cura regular durante 33 años en la parroquia San José de la capital bonaerense.
“Por edad, presenté mi renuncia, pero con esta avalancha de fenómenos tenemos más trabajo ahora que cuando éramos párrocos”, aseveró Mancuso, y agregó: “Es una tarea oscura; son las fuerzas de espíritu maligno con las que uno tiene que vérselas”.
La versión indica que Macri padecía fuertes dolores de cabeza en sus primeros días en la Casa Rosada y ello activó el combate contra los malos espíritus, pero otros que conocen al presidente afirman que tanto él como su esposa, Juliana Awada, suelen apelar a prácticas esotéricas.
Según el diario Buenos Aires Herald, en los últimos días de diciembre Mancuso —conocido como el cura exorcista— recibió un llamado en su domicilio, en La Plata, de “una señora de apellido Gómez” que se presentó como representante del presidente para encargarle una “limpieza” espiritual en la quinta presidencial de Olivos.
El sacerdote, de 81 años, afirmó que no sabía si se trataba de una “infestación” (un espíritu poseído que recorre los ambientes), una “obsesión demoníaca” (el demonio que persigue a una persona y le provoca malestar) o “un poseso” (el maligno que está dentro del ser humano), que de acuerdo con el catolicismo requieren terapias específicas cada uno.
Entonces, el cura sostuvo que tres días después la señora Gómez lo llamó para disculparse y señaló que el jefe de Estado había optado por otra solución apelando a un rito budista.
“Los budistas están en nuestras antípodas (geográficas), son del Lejano Oriente”, señaló Mancuso, que atiende en el Hogar Sacerdotal de La Plata, en la calle 60 entre 27 y 28, y fue un cura regular durante 33 años en la parroquia San José de la capital bonaerense.
“Por edad, presenté mi renuncia, pero con esta avalancha de fenómenos tenemos más trabajo ahora que cuando éramos párrocos”, aseveró Mancuso, y agregó: “Es una tarea oscura; son las fuerzas de espíritu maligno con las que uno tiene que vérselas”.
La versión indica que Macri padecía fuertes dolores de cabeza en sus primeros días en la Casa Rosada y ello activó el combate contra los malos espíritus, pero otros que conocen al presidente afirman que tanto él como su esposa, Juliana Awada, suelen apelar a prácticas esotéricas.
FUENTE: Diario La Capital