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Fuerte revés para Maxi Abad, el líder “radilibertario”

El senador nacional y jefe del comité bonaerense experimentó recientemente el amargo sabor de la derrota, al revelarse que tanto él como su círculo cercano perderán una visibilidad y control significativos sobre el bloque partidario, un grupo que solía seguir fielmente sus directrices, como es el caso de la Cámara de Diputados provincial.

Ese bloque “rebelde”, concebido y organizado por el neurocientífico Facundo Manes, surgió casi como un accidente, un efecto secundario y una réplica forzada de un bloque paralelo que el mencionado diputado había planeado en el Congreso Nacional.

Finalmente, lo que no se materializó en la Cámara Baja a nivel nacional, sí se concretó en la Legislatura bonaerense, con un numeroso grupo de diputados provinciales liderados por el platense Claudio Frangul. Ellos fueron los primeros en desafiar a Maximiliano Abad, rechazando su estilo personalista y su inclinación por llevar al partido hacia alianzas con partidos de derecha.

En las últimas horas, el bloque “Rebelde Way” -nombrado en referencia a la popular serie televisiva- ha crecido significativamente con la incorporación de los legisladores Pablo Domenichini y Belén Malaisi.

El pase de Domenichini, un hombre del sur del Gran Buenos Aires y rector de la Universidad de Almirante Brown, podría considerarse “el pase del año” en términos futbolísticos, y también en términos históricos si su postulación logra derrotar al oficialismo en la lucha por el control del comité provincial.

Este movimiento está íntimamente relacionado con la interna partidaria, siendo el resultado de un meticuloso diálogo entre diversos sectores unidos por el temor a Abad y al abandono de los principios progresistas y socialdemócratas.

“¿Cómo seguiremos hablando de los derechos sociales que consolidó Crisólogo Larralde o del legado de Raúl Alfonsín si nos encaminamos hacia una alianza con los libertarios?”, confesó un dirigente cercano a Alem. Este frente progresista se viene alineando con los sectores mayoritarios de Evolución (liderados por Martín Lousteau) y de Facundo Manes, además de contar con el apoyo de corrientes como el casellismo y el storanismo.

Lo relevante no es solo la incorporación de Domenichini y Belén Malaisi, sino que con su llegada, el bloque rebelde se convierte en la mayoría dentro de la representación radical.

Desde una perspectiva estrictamente legislativa, la unificación de las bancadas de Manes y de Evolución podría tener varias implicancias en los meses restantes hasta la expiración de algunos mandatos en diciembre de 2025.

Este movimiento político en el panorama radical plantea una pregunta crucial: ¿cómo se desarrollará ahora la relación y el diálogo con el gobierno bonaerense de Axel Kicillof? Desde el otro lado de la Plaza San Martín, el gobernador y su equipo discuten cómo manejarse con un bloque radical mayoritario que también buscará influir en temas clave como la designación de opositores en organismos de control, la sanción de leyes sensibles como préstamos y reformas fiscales, e incluso la composición de la Corte, aunque en el Senado -donde se debaten esos nombramientos- los diputados “alternativos” de Alem podrían introducir estos temas en las negociaciones.

En términos internos, un bloque radical mayoritario podría cuestionar la representación institucional de la UCR en la Cámara, como por ejemplo vicepresidencias e incluso mayores recursos, aunque esto ocurre en un contexto donde los recientes casos de manejo irregular de fondos, como el caso “Chocolate”, imponen muchos límites.

Ahora, todas las miradas están puestas en Diego Garciarena, presidente del bloque radical minoritario, y en su débil liderazgo y falta de habilidad política ante las tensiones que llevaron a la reducción de su bloque.

Garciarena podrá alegar que sigue las órdenes del presidente del comité provincial, pero solo por unos meses más, independientemente del resultado de las elecciones. Desde las últimas horas, todas las miradas, con una lupa de gran aumento, se centran en su gestión débil de estas tensiones que han llevado a la disminución cuantitativa de su bloque.

Si el sector oficialista de “Adelante Buenos Aires” pierde, se abrirán oportunidades para la oposición interna, especialmente si Domenichini se sienta en el sillón del comité provincial.

Si el oficialista Miguel Fernández, alineado como seguidor de Daniel Salvador, resulta vencedor, probablemente intente tender puentes entre ambas bancadas, asumiendo un rol mucho más protagónico que el que podría mostrar el “radilibertario” Maxi Abad, quien para entonces ya estará apartado de las lides partidarias bonaerenses. Además, el salvadorismo, según trascendidos, buscará desprenderse de la red tejida por Abad y demostrar su estilo autónomo en la gestión partidaria, lo que significará un desgaste diario para el poder del marplatense.

Con información de Real Politik

Publicado en lanuevacomuna.com

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