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Estudiantes desarrollan «Calefactor solidario»: «El impacto ha sido sorprendente»

Estudiantes de séptimo año del Instituto Industrial Pablo Tavelli diseñaron un calefactor utilizando hierro y ladrillos. No lo comercializan, sino que lo donan a familias necesitadas y comparten los planos para enseñar a construirlo.

Un grupo de alumnos del Instituto Industrial Pablo Tavelli de Mar del Plata, perteneciente a la Obra Don Orione, ha creado un calefactor de bajo costo, pensado para familias en situación vulnerable. Este proyecto educativo, que en pocas horas generó una «sorprendente repercusión» a nivel nacional e internacional, busca compartir el conocimiento en lugar de vender las unidades.

El elevado costo del gas y la falta de servicio en muchas áreas de la ciudad motivó a profesores y a 60 alumnos, próximos a graduarse como “Técnicos en Electromecánica”, a diseñar un calefactor sencillo y rápido de construir, utilizando recursos mínimos.

Animación 3D de la estructura de la "Estufa solidaria".

Publicado por Colegio Don Orione Mar del Plata en Viernes, 13 de julio de 2018

El llamado «Calefactor solidario» surgió como un proyecto educativo en las materias de “Proyecto y diseño electromecánico” y “Mantenimiento y montaje electromecánico”. Al publicarlo en redes sociales, comenzaron a llegar consultas, pedidos y felicitaciones desde Mar del Plata, otras provincias e incluso de países de Latinoamérica.

En conversación con QUÉ Digital, Fernando Mallo, uno de los profesores a cargo, explicó que, junto al arquitecto Marcos Teijeiro y otro docente, coordinan el trabajo de los estudiantes, aunque aclaró que el éxito «es resultado del esfuerzo y compromiso de los chicos».

La Obra Don Orione lleva más de cinco años realizando actividades comunitarias en diversos barrios de Mar del Plata, especialmente en la zona sur.

“En un momento surgió la idea de ayudar con cuestiones técnicas, al principio reparábamos instalaciones eléctricas. Pero un profesor sugirió crear algo similar a una salamandra, pero más accesible. Le propusimos la idea a los chicos y se involucraron de inmediato”, explicó Mallo, quien añadió: “No esperábamos esta gran repercusión”.

El calefactor no se comercializa, pero los planos se comparten libremente. A raíz del éxito del proyecto, estudiantes y profesores crearon una página en Facebook donde publican instrucciones para construirlo, responden preguntas y fomentan que otros se animen a mejorar este método de calefacción.

UN CALEFACTOR ACCESIBLE PARA TODOS

El proyecto del calefactor solidario se inició hace casi tres meses, tras una exhaustiva investigación que resultó en un diseño sencillo, práctico, económico y fácil de construir: un calefactor de hierro y ladrillo, sellado y alimentado por leña, sin pérdidas de humo.

Cada unidad incluye una tapa superior, un deflector, una puerta y un cenicero, todo integrado en una estructura de hierro y ladrillos comunes.

Según las estimaciones, se requieren unos $700 en materiales y el trabajo de un herrero para construir un calefactor. Se necesitan unas ocho horas de trabajo para dejarlo listo para su uso.

“Construimos uno y lo probamos exhaustivamente. Funcionó bien, así que construimos otro. Desde entonces, nuestras redes han recibido miles de visitas. La necesidad de la gente, los aumentos en el gas y la falta de apoyo estatal en ciertas áreas han hecho que este calefactor capte tanta atención en tan poco tiempo”, señaló Mallo.

Tras la difusión en redes sociales, los profesores contactaron a líderes comunitarios con quienes la Obra Don Orione ya trabajaba. En Antártida Argentina ya están construyendo un calefactor para la sociedad de fomento, y en los próximos días lo harán en Santa Rosa del Mar.

Luego de construir varios prototipos, los estudiantes del Instituto Tavelli comenzaron a subir a las redes sociales las imágenes de los primeros calefactores.

CALEFACTORES SOLIDARIOS

“El éxito fue casi inmediato, no lo podíamos creer. Las primeras publicaciones no tuvieron mucho alcance, pero con el tiempo, se generó algo increíble”, reconoció Mallo.

Ante la alta demanda generada y dado que se trata de un proyecto educativo sin fines de lucro, los estudiantes y profesores decidieron compartir los planos en redes sociales para que las familias puedan construir su propio calefactor.

Mallo concluyó: “Nos escribe gente de todos lados, pero no tenemos capacidad para una producción masiva, por eso compartimos los planos para que cualquiera pueda fabricarlo con un herrero local. Siempre estamos dispuestos a ayudar porque el objetivo es solidario, no lucrativo”.

Con información de Qué Digital

Publicado en lanuevacomuna.com

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