El conflicto en Del Valle amenaza con desatar una crisis de gran magnitud. Las protestas de los socios por el uso indebido de algunas instalaciones han derivado en acusaciones graves que incluyen amenazas y violencia de género hacia las mujeres de la Comisión Directiva. Denuncian que un dirigente estaría utilizando «de manera irregular» el petit hotel construido ilegalmente por el club en terrenos concesionados a orillas del Río Quequén.
El origen del conflicto
El problema comenzó cuando una socia del club cuestionó la tala de árboles dentro del predio concesionado. La mujer tomó fotografías y solicitó información para aclarar si había autorización municipal para dicha acción. Su intervención desató la furia de un conocido dirigente, quien reaccionó con amenazas.
“Cortaron unos árboles y saqué fotos para consultarlo con el municipio porque claramente planeaban algo ahí, pero este señor me amenazó diciéndome: ‘Si hacés eso, no sabés con quién te estás metiendo, animate’, y me insultó delante de testigos”, relató la socia.
La socia presentó una nota formal a la Comisión Directiva para manifestar su queja y pedir una audiencia. Aunque el dirigente se vio obligado a retractarse, la situación se agravó con la aparición de nuevos detalles.
Denuncias de uso indebido de las instalaciones
Durante la reunión, salió a la luz que el dirigente señalado estaría viviendo en el petit hotel que el club construyó sin autorización sobre terrenos pertenecientes a Vialidad Provincial. Estas instalaciones, originalmente ilegales, no pueden destinarse a construcciones permanentes, y mucho menos a un alojamiento privado o comercial.
“Expliqué que este problema con el dirigente también incluye violencia de género, y que el apart que construyeron es ilegal porque se trata de terrenos públicos. Además, se está utilizando para alojar a personas ajenas al club, lo que viola completamente los reglamentos”, denunció la socia. Según ella, la Comisión Directiva ignoró sus argumentos y cerró la reunión como si nada hubiera ocurrido.
Escalada de violencia y amenazas
Tras la asamblea, el conflicto escaló aún más. Otros miembros de la Comisión, en su mayoría hombres, atacaron a una de las mujeres integrantes del órgano directivo mediante mensajes en un grupo de WhatsApp, con comentarios agresivos y descalificaciones.
“En esos mensajes dijeron que me tenían que agarrar del cuello y tirarme al río”, reveló la socia, preocupada por el tono violento que han tomado las discusiones. Este tipo de amenazas generó alarma entre las mujeres de la Comisión, quienes temen por su seguridad.
Beneficio personal y disputa legal
En el trasfondo del escándalo subyace un entramado de intereses personales y económicos. La tala de árboles habría sido parte de un plan para ampliar las instalaciones del petit hotel de manera irregular, sumando más construcciones ilegales. Además, el dirigente denunciado estaría utilizando una de las habitaciones del apart para su propio beneficio, lo que ha convertido instalaciones del club en un espacio de uso privado.
Como respuesta a las tensiones, hace dos días la Comisión Directiva decidió expulsar a una de las mujeres de la comisión, argumentando que no contuvo la denuncia de la socia. Esta decisión, sumada a las amenazas y la ocupación irregular de las instalaciones, podría derivar en un conflicto legal de mayor escala.
El caso plantea interrogantes sobre la gestión de los recursos del club y pone en evidencia un ambiente de violencia e impunidad que amenaza con fracturar aún más la institucionalidad en Del Valle.
Con información de Diario 4V
Publicado en lanuevacomuna.com
