OPINION

ELITE O PUEBLO

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Por Editor

ELITE O PUEBLO

El neoliberalismo prioriza la rentabilidad y la eficiencia. Expulsa de la vida en sociedad a todos los desaprobados por el sistema, no registra los procesos históricos previos. Utiliza el poder de todas sus fuerzas para instalarse sin permiso y establecer condiciones de funcionamiento.

Considera al estado una “gasto innecesario”, sufre sus regulaciones y siempre discute los impuestos porque es reactivo a su cumplimiento. Estos partidos políticos referenciados en el pensamiento único, modernizado por la ciencia y tecnología del siglo xxi, aspiran a construir una nueva era feudal sin fronteras en los continentes y administrar el mundo con centros de control informático en cada territorio.

El mundo se debate en crisis, por la intención de algunos pocos de imponer sus condiciones sin límites. Aproximaciones artísticas de la ciencia ficción renovada, muestran sociedades patriarcales, presentadas como un ensayo del nuevo orden social del futuro, donde no existe libertad, se visualiza el sometimiento y el desamor con una constante preocupación; mantener la estirpe o el linaje de los dueños del mundo.

En estas expresiones subliminales de racismo se manifiesta la idea de raza superior, su presentación genera rechazo y también debate. Así, algunos de los conceptos propuestos como forma de vida, ingresan en el inconsciente del sentido común de la sociedad. Esencialmente aquellos que abalan la meritocracia y abusan del poder.

El mecanismo está bien elaborado. Instalan previamente la ineficacia de la política para resolver los problemas sociales. Se difama a toda la dirigencia opositora de impune o corrupta. Utiliza su propia participación, acusando a los funcionarios públicos de ponerle precio a su complicidad para ser beneficiados en licitaciones, leyes o proyectos que alienten su rentabilidad. Con criterio asociativo, como Wal-Mart, incorporan en sus espacios de poder a medios masivos de comunicación, que envenenan la sensibilidad social, difundiendo sus conceptos de economía manipulando la conducta y la opinión de la sociedad, escondiendo sus propósitos.

Cada vez que se instalan en la republica argentina proyectos neoliberales de desindustrialización, se contrae el mercado interno, cae la producción industrial, el empleo registrado y aumenta la desocupación. La falta de trabajo rebaja los salarios y aumentan los servicios. La población sufre los efectos de una economía concentrada en pocas manos y la pobreza se instala con prepotencia, sometiendo a los más vulnerables a vivir en la indigencia y el hambre.

Después de mucho andar acusan a los pueblos y sus organizaciones por la falta de comprensión que tienen sobre el nuevo sistema, que según ellos se aplica con eficiencia en “casi” todo el mundo y proponen como remedio un “cambio” de valores. Intentan establecer que el capital es la esencia de la vida en sociedad, sometiendo a todos los otros valores a demostrar su “rendimiento” como usuarios o clientes.

Ellos representan a la Elite, son los grupos concentrados que manejan el mercado agroexportador, la explotación minera, los hidrocarburos, la energía y su distribución, la producción y comercialización de alimentos, la obra pública, las autopistas, la comunicación visual y virtual, la banca privada extranjera. Etc.

Si Nosotros dejamos pasar las pocas oportunidades que tenemos para limitar su arrasador poder, Ellos avanzan hasta lograr sus objetivos sin ningún tipo de contemplación humana. Visto así, parecen invencibles, pero un gobierno nacional, popular y democrático los ordena y los regula para que sus ventajas comparativas no le permitan doblegarnos.

Recordemos siempre que la patria nos pertenece, que fuimos nosotros que la construimos con trabajo y empeño, que somos nosotros los herederos de los que pelearon en el Alto Perú o cruzaron Los Andes. Nuestro es el petróleo, el gas, el litio, la tierra, los acuíferos, y nuestro es el trabajo para darle valor agregado de exportación. Nuestros son los puertos y el espacio marítimo donde se cargan las bodegas de los barcos, y nuestro es el esfuerzo cotidiano de presentarnos a trabajar.

También son nuestros los sueños de “vivir en un mundo donde haya menos ricos y menos pobres”, que la vida sea respetada hasta el último día, donde los pibes coman cuatro veces de lunes a domingo y los abuelos tengan todos los medicamentos que necesitan para mejorar su calidad de vida. El Neoliberalismo mata. El domingo tenemos que llenar de votos las urnas para dar comienzo a una etapa de recuperación permanente de nuestra dignidad y terminar para siempre con este flagelo.

 

Esteban Rodríguez / LANUEVACOMUNA.COM

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