Gabriel Mestre sintió el peso de la decisión del Papa Francisco. Luego de un paso en falso que provocó la ira del Sumo Pontífice, el ex titular del influyente arzobispado de La Plata fue relevado de su cargo. Cuatro meses después, fue reasignado a una nueva misión: la parroquia de Mar de Ajó.
Mestre había estado al frente de la diócesis de Mar del Plata durante años, pero en julio del año pasado, Francisco lo designó como arzobispo de La Plata, la tercera jurisdicción eclesiástica más importante del país, después de Buenos Aires y Córdoba.
Su nombramiento buscaba mantener una continuidad ideológica con el saliente ‘Tucho’ Fernández, quien dejó la capital provincial para asumir un puesto clave en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Sin embargo, Mestre encabezó una fuerte resistencia en Mar del Plata tras la designación de su sucesor. Según informó LPO, Francisco pretendía nombrar a un obispo externo a esa diócesis, pero se topó con la oposición del clero local, que, junto a Mestre, intentó promover al padre Luis Albóniga.
Durante meses, se sucedieron manifestaciones públicas, desplantes y hasta campañas mediáticas para deslegitimar a los obispos que Francisco intentaba nombrar en Mar del Plata. Dos de esos obispos solicitaron su jubilación en medio de estas presiones. Esta desobediencia directa llevó al Papa a tomar cartas en el asunto: convocó a Mestre al Vaticano y le solicitó su renuncia al arzobispado de La Plata.
«En la Ciudad Eterna, tras confrontar distintas percepciones sobre lo sucedido en la diócesis de Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la fecha, el Papa Francisco me pidió la renuncia a la sede platense», relató Mestre en mayo, en una carta de renuncia inusualmente detallada.
«Me duele partir, me duele dejar esta Iglesia Particular que peregrina en La Plata, pero confío en que Dios tiene planes mucho mejores que aún no logro comprender», agregó el ahora párroco de Mar de Ajó.
Con información de La Política Online
Publicado en lanuevacomuna.com