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EL PAIS PARADO: MACRI ENSAYA UN NEGACIONISMO SOCIAL

El Paro, fue un Parazo


El paro nacional creció desde las bases y la necesidad de nuestro pueblo frente al programa económico. A la vez el canal apto para la amplitud de la convocatoria y el resultado, es la unidad de la CGT, las CTA y las organizaciones sociales.

La contundencia expresó el crecimiento de la resistencia y del movimiento opositor -como ya venimos analizando en diversos números de la revista-, pero exige una lectura más profunda de la puja que vive nuestro país.

La derecha en el gobierno frente al paro primero amenazó, maniobró, sacó su billetera y ahora ante la masividad intenta construir un mensaje de que la lucha, las movilizaciones, los paros no sirven porque ellos seguirán su proyecto, y también disciplinador para los trabajadores anunciando que si tienen que reprimir lo harán. No es la primera vez que las derechas en el gobierno sacan del viejo arcón estas ideas que nunca terminaron bien. Saben o intuyen que, si en asuntos ligados a los derechos de los trabajadores o de la política económica dan marcha atrás, como en tantas cosas lo hicieron, el proceso de resistencia crecerá, la lección popular será que con lucha se puede y ello podría llevar a ser jaqueados por las exigencias populares.

Creyeron que la represión a la izquierda en la Panamericana iba a ocultar la masividad de la huelga. Instalar una acción de manipulación de las clases medias y también populares para que el debate sea piquete sí o no, en lugar del plan económico neoliberal, despidos, desocupación, hambre o un país inclusivo y más igualitario.

Por lo tanto, fiel a su dogmatismo ideológico y a su origen de clase, se recuestan en la protección de los grandes medios y el poder real, que les exige sostener el rumbo y profundizarlo, y prepararse para un enfrentamiento social, coherentes se deslizan por la pendiente del autoritarismo y empiezan a temer que la persecución arbitraria y salvaje a CFK les provoque una derrota electoral.

Saben que la participación del Presidente en el World Economic Forum en el Hotel Hilton en Puerto Madero puede significarle varias páginas en Clarín y La Nación, pero ni asegura inversiones, ni calma la bronca social y mucho menos gana elecciones.

Las tensiones sociales y políticas que vive el país están en desarrollo, la CGT podrá optar por desensillar y esperar a ver cómo evoluciona la caldera social y aceptar el convite de diálogo sector por sector donde se está negociando la flexibilización laboral que impulsa el gobierno y las grandes corporaciones; pero ello no cambiará la razón profunda del conflicto que vive el país.

Cada vez que vivimos un capítulo neoliberal -ya van varios- después de un primer momento en el que las clases altas y una parte de capas medias bailan sobre el Titanic, deviene la catástrofe social que primero afecta a los trabajadores, los excluidos y los pequeños empresarios o comerciantes, pero luego arrastra a la gran mayoría de la población.


El Paro, fue un Parazo. Además de una protesta nacional, es una señal del proceso que vivimos y que los medios hegemónicos no podrán ocultar por más que publiquen en negrita que Marcos Peña sostiene que fue un paro de los medios de transporte, o publiquen encuestas (¿?) que en las pymes el paro no llego al 40%.  El gobierno trabajará sobre el descrédito de muchos dirigentes sindicales entendiendo que así desactiva la posibilidad de la continuidad de un plan de lucha. Los amenaza con carpetazos disimulados como luchas contra las mafias. En el fondo no les molestan esos dirigentes, sino los trabajadores organizados.

El desafío popular también está latente después del Paro. ¿Podrá ir creando las condiciones de una coordinadora de todas las luchas tanto de los trabajadores, como de las centrales empresarias pymes, de los estudiantes y docentes, de los comerciantes y productores nacionales, de los intelectuales y profesionales?

¿Podrá construir una unidad política y social que canalice la energía social que reclama y protesta? Construir una verdadera y amplia Confluencia Nacional y Popular para derrotar a las derechas en las urnas y hacer fracasar los nuevos ajustes que se planifican para después de octubre.

La historia se está escribiendo, marzo fue expresión de millones de personas en las calles reclamando. Abril parecería que se va a presentar como un momento de reordenamiento de las fuerzas. Y ya viene mayo, ese mes con tanta historia, ese mes puente entre nuestras raíces y las luchas del hoy. Mayo tiene aroma a resistencia popular y alternativa argentina.

Por Alejandro Mosquera
REVISTA LA BARRACA

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