El caso del Barrio 6 de Quequén, que se sigue hundiendo, es una de las páginas más oscuras del Municipio de Necochea cuyos culpables no han sido denunciados como corresponde y los ediles de esos años miraron para otro lado.
Las secuencias fotográficas obtenidas a través de imágenes satelitales demuestran la depredación que se fue produciendo a través de los años y los informes de los inspectores municipales que advirtieron esa situación, siendo ignorados e incluso perseguidos laboralmente.
Es tan claro el echo de corrupción que se produjo que no se entiende como los ediles de esos año no actuaron en consecuencia ya que no existe ni pedidos de Concejo en Comisión, ni interpelación y mucho menos la conformación de una Comisión Investigadora.
Mientras tanto los adjudicatarios de esas casas debieron pasar por momentos de incertidumbre y con peligro de que los techos se les derrumbaran, logrando un pequeño número de ellos que se les construyeran nuevas viviendas.
Hoy, la situación es cada vez más difícil y compleja, y los responsables siguen con absoluta tranquilidad su vida sin ser investigados como corresponde.
El máximo responsable Daniel Anselmo Molina, culminó sin sobresaltos su mandato porque quienes debían investigar no lo hicieron, la empresa que debía resarcir a los damnificados no lo hizo y el gobierno nacional que debía exigir el cumplimiento de las obras no inspeccionó adecuadamente y en lugar de eso decidió castigar a todo el distrito negándole a Necochea la construcción de nuevos emprendimientos del Plan Federal.
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