Los gremios agrupados en las confederaciones de transporte se reunieron en una mesa nacional para delinear un plan de lucha frente a las políticas de ajuste en el sector. Esto ocurrió luego de las amenazas del Gobierno a los sindicatos aeronáuticos y el anuncio de una posible concesión privada de Aerolíneas Argentinas. La próxima semana, esta mesa podría decidir una huelga a nivel nacional.
Los sindicatos del transporte se unieron ante la presión del Gobierno y evaluaron un paro
Con una CGT que se limita a emitir comunicados, los gremios aeronáuticos lograron el respaldo de otros sindicatos del transporte y anunciaron la conformación de una «mesa nacional», declarada en estado de alerta y movilización frente a las medidas de ajuste implementadas por el Gobierno en el sector, con especial énfasis en el caso de Aerolíneas Argentinas. «La semana que viene definiremos un plan de lucha, que probablemente incluya un paro», declaró Omar Maturano, secretario general de La Fraternidad, en diálogo con El Destape Radio. Los gremios reaccionaron ante las declaraciones del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien mencionó «piquetes gremiales extorsivos».
El Gobierno ha encontrado en los gremios aeronáuticos, particularmente en la figura de Pablo Biró de APLA, un enemigo ideal en momentos donde el malestar social crece debido a las políticas de ajuste. Demonizados por los medios hegemónicos, que califican las medidas de fuerza como «salvajes», y rechazados por sectores de la clase media que enfrentan dificultades para viajar, los funcionarios centraron sus ataques en estos gremios. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, denunció a Biró por incitación a la violencia, y el jueves el Gobierno lanzó una ofensiva en torno al tema.
Se realizó una reunión del gabinete para tratar el conflicto, y luego Adorni puso como plazo mediados de octubre para resolver la paritaria aeronáutica, advirtiendo que de no alcanzarse un acuerdo, el Gobierno avanzaría con un plan de concesión a una aerolínea privada latinoamericana para los vuelos de cabotaje de Aerolíneas Argentinas, asegurando que había cinco interesados. Sin embargo, especialistas en la materia señalaron que esta medida podría no ser legal. Por otro lado, el PRO presentó un proyecto para privatizar la empresa, el cual busca ser impulsado nuevamente. Incluso Mauricio Macri, con intereses en el sector aeronáutico, hizo propuestas en redes para desmantelar Aerolíneas.
Frente a estos avances en diversos sectores, las confederaciones sindicales del transporte, CATT y UGATT, decidieron unirse y crear una mesa nacional de transporte. En la primera reunión participaron dirigentes como Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Omar Maturano (La Fraternidad), Mario Caligari (UTA), Pablo Moyano y Omar Pérez (Camioneros), Juan Carlos Schmid (Fempinra), Pablo Biró (APLA) y Raúl Durdos (SOMU). En una declaración conjunta afirmaron: «Nuestro objetivo es defender la soberanía del país, que se expresa en nuestras rutas, trenes, mares, ríos y cielos, ante el atropello constante del gobierno de Javier Milei en cada uno de estos sectores», subrayando que el derecho a huelga está garantizado por la Constitución Nacional.
Maturano señaló que «el movimiento obrero está siendo hostigado por el Gobierno», por lo que la mesa se declaró en «estado de alerta y movilización», y anticipó que la semana próxima se reunirán nuevamente para definir el plan de acción, que podría incluir un paro. El sector del transporte es clave para el éxito de una huelga general, y explicaron su rechazo a las medidas de ajuste en la actividad ferroviaria, aerocomercial, de transporte de carga y pasajeros, así como en los sectores marítimo y fluvial, todos ellos susceptibles de quedar paralizados en caso de huelga. También expresaron su apoyo a los trabajadores aeronáuticos, quienes han denunciado un retraso salarial del 77%, según Biró.
Un paro del transporte podría ser una señal hacia la CGT, que se mantiene distante de los sectores más combativos que reclaman mayor protagonismo en las calles contra el modelo libertario. La dirigencia cegetista, con la excepción de Moyano, prefiere mantener abiertos los canales de diálogo con el Gobierno, a la espera de la reglamentación de la reforma laboral, que moderaría el contenido de la ley Bases. A pesar de esto, han mantenido un respaldo institucional a los gremios en conflicto. Esta semana, la CGT recibió a Biró y emitió un comunicado en el que rechazaba la denuncia presentada por Bullrich, afirmando: «Esta CGT insta al Poder Ejecutivo a reflexionar sobre la inutilidad de judicializar lo que debe discutirse en una mesa paritaria».
Con información de El Destape
Publicado en lanuevacomuna.com