En este sentido, la «gran medida» anunciada por Macri para combatir la inflación es una app en la que se publican los valores de miles de artículos.
Como si esto fuese poco, el secretario de Comercio bordea peligrosamente el ridículo al parafrasear a Lita de Lazzari y decir que hay que «caminar» para encontrar precios bajos.
Las respuestas de los empresarios, como era de esperar, han sido las mismas: «Los supermercados no son formadores de precios ni responsables de la inflación, por lo que comparando valores no se va a resolver el problema de la suba en el costo de los alimentos», advirtió Fernando Aguirre, vocero de la Federación de Supermercados y Autoservicios (FASA).
Más bien, al contrario, lo que plantean los supermercadistas es que este sector es un mercado altamente competitivo, en el que no existe nada parecido a una «cartelización» porque la obsesión de las cadenas es sacarse ventaja mutuamente por la vía de vender más barato.
Por lo pronto, siguen llegando las malas noticias: el 4% de inflación que dejó enero en la Ciudad de Buenos Aires contradice frontalmente las optimistas previsiones de los funcionarios sobre un índice en desaceleración.
Los supermercadistas adviertan a viva voz que la publicación de precios online será difícil de implementar y de nula utilidad.
«La persona que tiene a su cargo luchar contra la inflación tiene que apuntarle a todas las causas juntas: al tipo de cambio, a la emisión descontrolada, el déficit, a las expectativas. Hay que hacerse cargo. Lo que no hay que hacer es vender buzones como los precios online», sentenciaron.
Inflación y ajuste de preciosEntre las críticas que se escuchan a la medida implementada por Macri también aparece la confusión entre inflación y ajuste de precios relativos.
Lo segundo ocurre cuando se corrige una situación de precios distorsionados y que no necesariamente responde a las mismas causas que la inflación tradicional. Es lo que ocurre tras liberar las tarifas de servicios públicos, por ejemplo, como sucede con la carne: la liberación del mercado exportador empuja los valores hacia arriba, porque los hace alinearse con el mercado internacional y, tras una fuerte devaluación, el aumento es inevitable.
Al respecto, un artículo de Iván Carrino, docente en la Universidad de Belgrano y de ESEADE, dio cuenta de una contradicción con la propia proclama de principios del Gobierno: «afirmaban que el kirchnerismo había llenado de ‘cepos’ a la economía y que su tarea era eliminarlos para liberar las fuerzas productivas del país, pero necesariamente la liberación de estas fuerzas implica reconocer los verdaderos precios de las cosas», expresó.
FUENTE: IProfesional