El ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, salió en defensa de las mesas distritales que buscan fortalecer la candidatura presidencial de Axel Kicillof en todo el territorio provincial. “Son compañeros que se organizan para respaldar al gobernador”, afirmó.
“Les agradecemos ese apoyo”, continuó Bianco. “Cuanto más respaldo político tengamos, más fuerza tendremos para reclamar lo que le corresponde a la provincia”.
La iniciativa de formar estas mesas surgió luego del discurso de Kicillof en Berisso, donde evitó expresar un apoyo explícito a Cristina Kirchner en la interna del PJ nacional, presentándose como una figura renovadora dentro del peronismo.
El objetivo de estas estructuras es dar coherencia al armado político que posiciona a Kicillof como el candidato del peronismo bonaerense, sumando a dirigentes en los distritos que se sienten identificados con su gestión.
Tensiones en el peronismo bonaerense
Desde Avellaneda se enfatizó que las mesas distritales no se limitarán a los territorios gestionados por La Cámpora, sino que se desplegarán en toda la provincia. “Estas mesas también obligarán a muchos a definir su postura”, señalaron.
El despliegue comenzó con discreción, pero el tema ganó visibilidad este fin de semana, cuando la exdiputada de La Cámpora, Florencia Lampreabe, criticó públicamente la mesa de Hurlingham. “¿Mesas distritales de Kicillof? Es difícil creer que el gobernador esté concentrado en esto cuando aún tiene pendientes cinco obras prometidas en febrero”, dijo Lampreabe, apuntando a Juanchi Zabaleta, vinculado a la mesa distrital de ese distrito y rival de La Cámpora.
El intendente camporista de Hurlingham, Damián Selci, respondió al comentario de Lampreabe. Hasta ahora, Selci se había mantenido alejado de las disputas internas entre Kicillof y La Cámpora, pero esta vez tomó partido.
Cruces entre intendentes
En paralelo, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, volvió a generar tensiones con dirigentes de La Cámpora. Ferraresi recorrió barrios postergados de Quilmes, lo que desató la molestia de la intendenta Mayra Mendoza. “No necesitamos auditorías externas de nuestras gestiones, y menos de un intendente del distrito vecino”, declaró Mendoza.
Ferraresi también visitó Lanús, gobernado por Julián Álvarez, destacando el trabajo del OPISU, un organismo que había sido cuestionado previamente por Álvarez.
Por otro lado, Gastón Granados, intendente de Ezeiza y cercano a Máximo Kirchner, rompió su silencio sobre la disputa. “Los tiempos son difíciles para quienes gobernamos el conurbano. Es fundamental unirnos para trabajar por nuestros vecinos. No necesitamos dirigentes revisando gestiones vecinas, como lo hace Ferraresi”, afirmó.
Las mesas distritales promovidas por Kicillof parecen haber abierto un nuevo capítulo en las tensiones internas del peronismo bonaerense, mientras las distintas facciones buscan consolidar su poder y posicionamiento de cara al futuro político.
Con información de La Política Online
Publicado en lanuevacomuna.com