La obra de reversión del Gasoducto Norte está en su fase final, pero el gas proveniente de Vaca Muerta no llegará al norte del país hasta los primeros días de enero.
El proyecto incluye tres etapas clave: la construcción de un tramo de 123 kilómetros entre Tío Pujio y La Carlota, la ampliación de 62 kilómetros del Gasoducto Juana Azurduy, y el cambio en el flujo de inyección de gas en las plantas compresoras de Ferreyra, Deán Funes, Lavalle (Santiago del Estero), y Lumbreras (Salta).
Hasta el momento, se han completado los primeros 30 kilómetros del nuevo tramo, y las empresas encargadas aseguran que antes del 15 de octubre se habrán terminado otros 20 kilómetros. Los últimos 10 kilómetros estarán listos para mediados de diciembre. Actualmente, ya se han habilitado 22,8 kilómetros del nuevo tendido y 62 kilómetros de los loops.
Una vez finalizadas todas las etapas y conexiones en diciembre, comenzará el llenado del gasoducto, lo que permitirá transportar gas desde Vaca Muerta hacia las provincias de Córdoba, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y Tucumán. Este proceso podría llevar algunas semanas.
Reactivación tras explosión en el Gasoducto Norte
Luego de varios meses de retraso debido al cambio de gobierno y la paralización de obras públicas, Energía Argentina S.A. (Enarsa) reanudó el proyecto ante el riesgo de que el suministro de gas en el norte del país se viera afectado, dado el vencimiento del contrato con Bolivia, previsto para el 31 de julio de 2024.
El gobierno de Javier Milei detuvo en septiembre la importación de gas desde Bolivia. Actualmente, el gas que abastece a las provincias del norte proviene de Chile, aunque ese país no produce gas propio, sino que vende a Argentina gas natural licuado (GNL) regasificado que importa del exterior.
Este contrato, firmado en junio, generó controversias debido a un posible conflicto de intereses: Rigoberto Mejía Avena, en ese momento vicepresidente de Enarsa, es chileno y reside en Chile.
Óscar Claros Dulón, gerente de Contratos de Exportación de Gas Natural de YPFB, señaló que el contrato de exportación de gas con Enarsa finalizaría antes de 2026, como estaba previsto, y que el 2024 sería un año clave para la transición. «Para nosotros, no es un problema ya que este gas tiene mercado asegurado en Brasil, un país con alta demanda de energía», afirmó.
Desafíos para la exportación a Brasil
A pesar del interés por exportar el gas de Vaca Muerta a Brasil, varios obstáculos complican este objetivo. Dos artículos publicados en el diario boliviano El Deber a fines de septiembre abordan las dificultades para que el gas argentino llegue a las redes de Bolivia y, desde allí, a los compradores brasileños.
Uno de los principales desafíos es la reversión de la planta compresora del Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA), una línea que conecta Argentina y Bolivia en la provincia de Salta, operada conjuntamente por YPFB y Enarsa. Este ducto, de 48 kilómetros, se empalma con el Gasoducto Norte.
El especialista Raúl Velázquez destacó en un segundo artículo que el transporte de gas natural no está sujeto a regalías ni al Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), lo que agrega otra capa de complejidad a las negociaciones.
Además, la demanda de gas en las provincias del norte argentino amenaza con retrasar el inicio de las exportaciones a países vecinos. El consumo de la región, que hasta hace poco dependía del gas boliviano, oscila entre 12 y 17 millones de metros cúbicos diarios. Este volumen coincide con la capacidad máxima que podrá manejar el sistema de reversión del Gasoducto Norte en su primera fase, lo que podría dejar poco o ningún gas disponible para la exportación.
Con información de La Política Online
Publicado en lanuevacomuna.com