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EN NECOCHEA

El fuego destructivo en los “símbolos” de la ciudad

La paradoja de los incendios en meses de agosto en el casino y Galería Central

Aunque no con frecuencia, hay hechos en el historial de una ciudad que suelen tener un destino similar o entrecruzarse en forma caprichosa; y que se potencian cuando las consecuencias tienen un toque de fatalidad.

La Gran Galería Central es sin dudas el edificio emblemático del centro comercial de Necochea. Tanto como lo que en su momento significara el complejo casino, que frente al mar se constituyó por años en la “postal turística de la ciudad”. Hasta que llegó el abandono.

La característica distintiva de ambos inmuebles cobró otro lazo en común en la fría noche del pasado sábado, cuando el incendio de un vehículo en la cochera puso en vilo a los residentes en departamentos de la Galería, y terminó destruyendo e impregnando con un penetrante humo negro a las instalaciones del paseo. Un lugar que hoy se encuentra clausurado en cuanto a su galería comercial y que llevará tiempo y mucho dinero recuperar.

La fatalidad en ciernes, que felizmente no pasó a mayores en cuanto a personas quemadas o heridas, recordó a muchos las impactante imágenes el casino prendido fuego en dos oportunidades, en ambos casos con un mayor efecto destructor en cuanto a lo edilicio.

La paradoja del destino es que, al igual que el de la Galería, los incendios del edificio de la avenida 2 también se produjeran en el mes de agosto y de noche.

El primer siniestro ocurrió el 9 de agosto de 2001, cuando se quemó el ala sur del Casino y quedaron destruidas las máquinas tragamonedas. Todo comenzó con un cortocircuito en ese sector. Al ser día de semana el complejo estaba cerrado y no hubo que lamentar heridos, aunque por el efecto de las llamas el edificio perdió para siempre la planta alta izquierda de su planta superior.

En otra jornada que sacudió a la comunidad, en este caso en la tarde- noche del 16 de agosto de 2020, un incendio al que se catalogó de intencional, redujo a cenizas el interior el otrora bello Teatro Auditorium del complejo, del cual solo quedó su “cáscara” exterior.

Si hablamos de emblemas arquitectónicos que sucumbieron ante las llamas, aunque en este caso en la noche de 29 de julio de 2018, las por entonces abandonadas pero recuperables instalaciones de la estación de trenes de Quequén también fueron “víctimas” de las llamas generadas en forma intencional.

En lo que puede considerarse otra mueca del destino, los dos simbólicos edificios tuvieron cumpleaños “redondos” en este 2023: 60 años de su inauguración la Gran Galería Central en el mes de junio y en el pasado mes de febrero 50 la hoy agonizante estructura del casino.

Ecos Diarios

Publicado en lanuevacomuna.com

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